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Axel Kicillof puso sobre la mesa con más énfasis que nunca la cuestión de los fondos y la situación bonaerense respecto al reparto de recursos federales.
PANORAMA PROVINCIAL

Tomar el control de la agenda: el desafío para un gobierno que maniobra entre la crisis

¿Cuál es la agenda que piensa desplegar el gobierno de Axel Kicillof en su primer año de gestión? Los que presenciaron el lunes pasado su discurso ante la Asamblea Legislativa bonaerense se llevaron pocos datos para elaborar una respuesta. Durante más de una hora y media, el Gobernador volvió a concentrarse en describir el estado en que encontró la Provincia el 10 de diciembre pasado y los condicionamientos económicos y financieros que, dijo, marcaron esta etapa.
La ausencia de anuncios de medidas sobre temas centrales en el mensaje del Gobernador fue una muestra clara del estado actual de la gestión bonaerense. A tres meses de su desembarco en la gobernación, Kicillof todavía intenta empezar a tomar control de una agenda que hasta ahora se dividió entre las urgencias de la crisis de la deuda, las penurias financieras y la negociación salarial con los gremios.
“No se adelantaron medidas porque no están claras las condiciones financieras que vamos a afrontar”, argumentó después del discurso el jefe de Gabinete Carlos Bianco. La Provincia está a la expectativa de cómo evoluciona la negociación del Gobierno nacional con el FMI y los bonistas para empezar a pensar en futuro. “Estamos esperando a Guzmán”, se sinceró un legislador peronista.

Los recursos
En ese camino, el gobernador bonaerense puso sobre la mesa en la semana con más énfasis que nunca la cuestión de los fondos y la situación de Buenos Aires con respecto al reparto de recursos federales. Era el discurso de apertura de sesiones habló de “inequidades” pero no hubo un reclamo directo a Alberto Fernández por la coparticipación o la actualización de los montos del Fondo del Conurbano. Algunos interpretaron ese hecho como una señal sobre un principio de acuerdo entre el gobierno bonaerense y la Casa Rosada, del que se habló mucho en estos días, en torno a la carga de los subsidios.  
Se trata de uno de los temas que Kicillof viene poniendo en el centro de la agenda desde que asumió: la Provincia, dice, no puede hacerse cargo de los subsidios a las empresas de transporte del Conurbano ni de la tarifa eléctrica, que eran aportados por la Nación hasta que en 2018 Mauricio Macri y María Eugenia Vidal acordaron transferirlos a las arcas bonaerenses. Son unos 60 mil millones de pesos anuales. Ahora, trascendió, volverán a ser cubiertos por el gobierno nacional para alivio de la Provincia.
Sobre ese acuerdo, que ya estaría cerrado y pronto a anunciarse oficialmente, Kicillof buscará avanzar ahora en otras cuestiones pendientes de la larga lista de reclamos que la Provincia tiene para la Nación en materia de recursos.
Mientras maniobra entre la crisis financiera, Kicillof también dio señales esta semana de su decisión de avanzar en un tema que estuvo ausente en su discurso del lunes, la seguridad. Y lo hizo con un gesto claro: se sacó dos fotos en pocos días junto a Sergio Berni, una en una hamburguesería del centro platense y otra en un acto en la Vucetich. 
Después de la crisis por los cortocircuitos con su par nacional Sabina Frederic, la relación con su ministro se encarriló y entró en una nueva etapa. En las próximas semanas, volverán a mostrarse juntos para anunciar la puesta en marcha de un plan integral de seguridad que ya está diseñado y que implica, trascendió, cambios importantes en la estructura de la Policía Bonaerense. Uno de los aspectos acordados sería la reaparición de mecanismos de participación ciudadana en la gestión de seguridad.

Reaparición
En medio de esos movimientos, la semana que termina también tuvo la reaparición pública en una actividad política de María Eugenia Vidal. La exgobernadora se mostró con militantes de la rama femenina del PRO en San Fernando, en un acto por el Día de la Mujer. Y aunque no quiso hacer declaraciones políticas la actividad fue leída como un mensaje claro de cara al rearmado de su espacio. Vidal dejó en claro que seguirá jugando en la provincia y que buscará conservar el liderazgo y su rol como referente de la oposición, confrontando con Kicillof. Sus seguidoras que se reunieron en el gimnasio de ese municipio del norte del Gran Buenos Aires intentaron inyectar un poco de mística, con el cantito futbolero “volveremos, volveremos”.
Por ahora, dicen en su entorno, no habrá un retorno a la actividad pública. La vuelta al ruedo se prevé para la segunda mitad del año. Pero la política tiene su propia dinámica y el debate por el Presupuesto, donde Cambiemos tendrá un rol clave, está a la vuelta de la esquina.

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