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Alberto F. y Cristina celebraron juntos el Día de la Lealtad, en un acto que encabezaron en Santa Rosa, La Pampa.
LA COLUMNA DE LA SEMANA

Con el último aliento

Apenas una semana resta para las elecciones presidenciales del 27 de octubre, que de acuerdo con el mandatario Mauricio Macri podrían ser determinantes para los próximos 20 años de historia argentina.
La campaña proselitista ingresó definitivamente en su etapa decisiva, en una zona de "esprint" final a la que tanto Macri como el candidato peronista Alberto Fernández, los dos principales aspirantes a la Primera Magistratura, llegan con el último aliento después de un intenso trajinar.
Tras encabezar la considerada "Marcha del millón" en el Obelisco porteño, el jefe de Estado volverá a la ruta (en sentido figurado) y desembarcará con su caravana de la esperanza en San Salvador de Jujuy el próximo lunes, para luego dirigirse a Rosario el martes, y Mar del Plata el miércoles.
Asimismo, para el jueves venidero en Córdoba está previsto el cierre de campaña, con una nueva marcha del "Sí, se puede" antes de que se inicie la veda electoral con vistas a los comicios del domingo, en los que el Gobierno está obligado a reponerse del traspié sufrido en las PASO para evitar una derrota en primera vuelta.
Córdoba se constituyó en el único distrito del interior de la Argentina en donde Juntos por el Cambio triunfó en las primarias, además de la ciudad de Buenos Aires: el macrismo espera convocar a unas 50 mil personas frente a la puerta del Patio Olmos, en la capital provincial.
Luego de su ruidosa derrota en las PASO, el oficialismo cambió radicalmente su estrategia de campaña y pasó de aquellos actos "360" bajo techo, en los que Macri bramaba "no se inunda más" frente a un grupo de invitados de ocasión, a una exigente agenda de visitas al interior.
Además, el jefe de Estado y candidato a la reelección endureció su discurso durante las recorridas de campaña, emulando a su compañero de fórmula, el peronista Miguel Pichetto, que también salió de excursión por el país.
 
"48 horas antes" de las elecciones
En el macrismo confían en que rinda dividendos electorales esta postura más combativa que muestra el Presidente cuando remarca enérgicamente, por ejemplo, que sus seguidores no llegan en micros a las marchas. "Lo tienen medido", dijeron fuentes cercanas al Gobierno.
La estrategia del oficialismo está enfocada en seducir a los indecisos y tratar de conquistar nuevamente a los votantes que en las PASO brindaron su respaldo a la dupla kirchnerista por estar disgustados con las políticas del Gobierno: los llamados "desencantados".
El Presidente asegura que los comicios del domingo 27 de octubre podrían convertirse en un punto de inflexión en la historia argentina con vistas a los próximos 20 años, por lo que insiste en convocar a "todos a votar", sabiendo que una mayor participación podría jugarle a favor.
Los estrategas electorales del macrismo, con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, a la cabeza, consideran fundamental "quemar las naves" en el tramo final de la campaña, ya que entienden que, por fuera de los núcleos duros, existe un número significativo de votantes que resuelven "48 horas antes" de las elecciones qué boleta introducirán en el sobre.
"La idea es jugársela el todo por el todo hasta el último día de campaña", dijeron las fuentes consultadas. Esa premisa incluye un permanente bombardeo de información (textos, fotografías, audios, videos, etcétera) destinada a medios de prensa del país, promocionando las actividades de los candidatos, de igual modo que una infatigable labor para inundar con presencia oficial las redes sociales.
Mientras tanto, en la vereda de enfrente, Alberto Fernández y su compañera de fórmula, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, planean un cierre de campaña en Mar del Plata, el jueves que viene, un día después de que la "Feliz" reciba a Macri con su marcha del "Sí, se puede".

La encuesta que entusiasma al albertismo
Se espera que Alberto F. y Cristina confluyan en un acto similar al que encabezaron en Santa Rosa, La Pampa, el 17 de octubre pasado, cuando celebraron juntos el Día de la Lealtad peronista, un festejo central de la liturgia justicialista al que no solía sumarse últimamente la ex mandataria.
Antes, Fernández visitará Olavarría y seguirá adelante con una campaña en la que claramente se ha desempeñado de menor a mayor desde que inició su carrera como postulante presidencial del Frente de Todos, acompañado por Cristina Fernández.
En este sentido, en las oficinas de la calle México se entusiasman con los resultados de una reciente encuesta sobre intención de voto de la consultora política Federico González & Asociados que ubica a la dupla kirchnerista con una ventaja superior a los 22 puntos sobre Macri-Pichetto.
La muestra indica que el Frente de Todos podría alcanzar un respaldo del 54 por ciento el próximo domingo en las urnas, con una distancia de 22,5 puntos sobre la fórmula de Juntos por el Cambio, que llegaría al 31,5%: se trata de porcentajes finales luego de proyectar un 4,6% de votantes indecisos y excluir un 2,9% de eventuales sufragios en blanco.
Así las cosas, el peronismo finalmente unido lograría desbancar al macrismo tras cuatro años de mandato en primera vuelta, pese a los esfuerzos del Gobierno para forzar la quimera del balotaje con un líder del PRO sumergido de lleno en el "barro" de la política buscando renovar su mandato.
En las últimas horas se supo que un eventual gabinete de Fernández podría incluir a los especialistas Matías Kulfas y a Cecilia Todesca: "Son a los que más escucha en temas económicos y tienen futuro ministerial", dijo una fuente cercana al albertismo.
Trascendió además que después del 10 de diciembre, en el caso de que se imponga el Frente de Todos, el Ministerio de Seguridad que actualmente conduce Patricia Bullrich se convertiría en una suerte de "Consejo de Seguridad" dependiente de la cartera del Interior. De todos modos, se trata simplemente de una versión.
Lo cierto es que Fernández comenzó a delinear lo que sería la integración de su -hipotético- Gobierno y en ese marco, ni Guido Sandleris ni Leandro Cuccioli se mantendrían al frente del Banco Central y de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), respectivamente.
Sin dudas, las agendas económica e impositiva serán cruciales durante el próximo Gobierno en un contexto de inflación por las nubes y de crisis del sector productivo.

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