None
OPINIÓN

Luchar apelando a la paz

Un día como hoy, hace 150 años nacía el líder político Mahatma Gandhi quien sostuvo, tanto en palabras como en hechos concretos, que el modo de demandar y reclamar por las injusticias sociales es a través de acciones pacíficas.
Por eso la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2 de octubre como el Día internacional de la no violencia, en conmemoración a éste líder que impulsó la lucha pacífica para poner fin a los abusos contra de los derechos humanos.
Si tenemos que definir una acción que ejemplifique la no violencia, pensamos en el diálogo. De ese modo, se hace posible una cultura de paz, que implica el reclamo por una sociedad más justa y que debe surgir desde el entendimiento y el respeto por lo diferente. A su vez, la demanda por el ejercicio de derechos y oportunidades debe estar acompañada por el respeto de los derechos humanos.
Puede parecer complejo o hasta paradójico, luchar apelando a la paz, pero no lo es, por eso que activistas como Nelson Mandela o Martin Luther King se han valido de esta estrategia para exigir igualdad y reclamar desde la no violencia.
En este sentido, la demanda por una sociedad más igualitaria no puede provenir ni resolverse apelando a la violencia, sino que debe generarse desde el respeto y el reconocimiento hacia los otros.
La diversidad es propia de nuestras sociedades y de allí la riqueza cultural, por eso, muchas veces la convivencia no es sencilla. Sin embargo el desafío es aceptar las diferencias, para lograr así una sociedad plural y diversa.
Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, implementamos diversas políticas que tienen como principal función promover el ejercicio de derechos de la ciudadanía.
Los Programas que dependen de la Subsecretaria de Acceso a la Justcia ponen en práctica el Objetivo de Desarollo Sustentable (ODS) 16 de las ONU que busca consolidar la paz y la justicia, como también promover sociedades más inclusivas.
Los Centros de Acceso a la Justicia a lo largo del país, las líneas telefónicas de atención a víctimas de delitos, a mujeres que sufren violencia de género; el programa de rescate a víctimas de trata de personas y la resolución de conflictos a través de la mediación, son algunas de las intervenciones que desde este Ministerio se orientan hacia una verdadera política de derechos humanos.
De este modo, garantizar el acceso a la Justicia promoviendo una cultura de paz y no violencia, a través del diálogo, de la mediación y del respeto a la diferencia como valores, tiene como resultado que las personas vivamos y construyamos cada día sociedades más pacíficas, justas e inclusivas.


(*) Subsecretaria de Acceso a la Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. 

COMENTARIOS