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MARKETING APLICADO

Pindonga & Cuchuflito

La estrategia de la segunda marca.

La ex presidente (o presidenta) de todos (y todas) tiene la capacidad de los verborrágicos. Dotada de su innegable virtud oratoria logra que algunas frases queden para la posteridad. La semana pasada nos regaló una nueva, “Pindonga y Cuchuflito”, una alusión a la pérdida de poder adquisitivo de los argentinos y la inclinación por marcas más económicas. Un golpe preciso a la mandíbula de “Mau”. Aprovechando la visibilidad del tema, me refiero en esta columna a la cuestión comprendida por la estrategia comercial. 

Oportunidad
Dicen que la crisis llega con oportunidades y este es un claro ejemplo. En un escenario condicionado por el aumento de la canasta básica familiar, un grupo cada vez más grande de consumidores está dispuesto a “engañar” a sus primeras marcas. Se trata una actitud más abierta y racional que permite que “jugadores invisibles” del mercado tomen protagonismo.  
Las marcas “Low Cost” están en alza y en contextos como el actual quienes estaban preparados lograron capitalizar la ventana abierta ingresando al radar de nuevos clientes. Los datos destacan la tendencia y este grupo de propuestas alcanzan un 42,8% del total de productos vendidos con un incremento del 5% en el primer trimestre del año. 

Estrategia
Las segundas marcas aparecen en estos momentos “sensibles” y la estrategia puede responder a varios objetivos. Entre ellos, proteger a una marca “estrella” frente a competidores que se le acercan, optimizar procesos productivos o simplemente ampliar su base de clientes. Quizá podamos establecer una relación con la política pensando que la fórmula Fernández-Fernández representa una estrategia de “segunda marca” pero no es mi intención profundizar ahora. 
Más allá de la chicana política de Cris, no debemos subestimar a las segundas marcas. Citando otros autores con la misma capacidad en posicionar frases populares, podríamos decir: “que no se te escape la tortuga”, las segundas marcas no siempre son “de mala calidad” aún frente a campañas intencionalmente “simples”. En muchos casos representan un primer paso operando como trampolín para llegar a lo más alto de la percepción colectiva. Más allá de entender el golpe político, desde el punto de vista del marketing, aguante “Pindonga”, también “Cuchuflito”. No digas que no te avisé, después…”si querés llorar, llorá”.

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