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OPINIÓN

Cuando hay trabajo, todo lo demás se va arreglando


"El gran articulador social, el trabajo, es lo que dignifica a una sociedad, lo que la organiza, lo que recrea los lazos de solidaridad social". Esta frase pertenece a uno de los mensajes de Cristina que más me han impactado, tal vez por su clarividencia. Cuando hay trabajo, todo lo demás se va arreglando.
Lamentablemente, muchos argentinos están comprendiendo esto al mismo tiempo que lo sufren. Las testimonios que escuchamos de quienes reciben ayuda para pasar estos días helados conjugan la falta de techo y el hambre, pero ponen casi siempre en el origen el haber perdido el empleo, la changa, el negocio. Las cifras crecientes del desempleo se manifiestan en toda su crudeza cuando vemos estas historias detrás de los fríos números.
La noción más intuitiva relaciona el desempleo como causa de la pobreza, puesto que es evidente que quien se queda sin empleo comienza a padecer nuevas necesidades. Pero la relación inversa es igual de importante, sobre todo en nuestro país: la pobreza genera desempleo.
Aún en los hogares donde no se ha perdido el trabajo, la caída del salario ha modificado el proyecto familiar. Es así que para completar el ingreso menguante del cabeza de familia, muchos adolecentes han modificado sus planes y abandonado sus estudios para buscar empleo. Pero como trabajo hay cada vez menos, esas búsquedas son fallidas e impactan bajando aún más el valor del salario: si hay cada vez más oferta de mano de obra, es natural que el salario se pague cada vez menos.
Comprender estas cosas no son meros ejercicios económicos. Entender el problema en toda su complejidad sirve para alertar contra aquellas propuestas que van en el sentido contrario de lo que dicen que quieren hacer. Por ejemplo, en los meses venideros, cuando escucharemos al macrismo y sus repetidores locales decir que hace falta una reforma laboral para generar más empleo. ¡Mentira! Lo único que generará esa medida es bajar los salarios, aumentar la pobreza y así aumentar el desempleo volviendo a reforzar el ciclo decadente.
Hemos gritado estas verdades desde hace décadas, porque hacer política también es hacer docencia y anticipar el futuro al que nos conduce cada medida. Muchos que con desprecio "mandaban a trabajar a los que protestaban" hoy engrosan las filas de los desocupados, y no porque hayan hecho algo mal sino porque directamente cerraron las empresas en las que trabajaban. Por eso hay que curarse en salud y entender que cuidando el trabajo de todos, cuidamos nuestro propio trabajo.
Nosotros entendemos la tarea de gobernar como la obligación principal de generar trabajo. No podemos concebir como legítima ninguna política que vaya en contra del trabajo de los argentinos y de los juninenses. Macri, por el contrario, nos propone festejar un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea que traerá mayor cierre de industrias a nuestro país. Las que hayan sobrevivido a los tarifazos y la destrucción del consumo, serán ahora arrasadas por sus competidoras europeas mucho más desarrolladas y apoyadas por sus Estados. También estas cosas son de interés a la hora de elegir quienes conducirán la ciudad, puesto que ya tenemos los resultados de los alineamientos automáticos de Petrecca con Vidal y con Macri.
Devolverle el trabajo a los juninenses es nuestra prioridad número uno. Nada que vaya en contra de esto puede ser bueno para nosotros. Creemos que los programas para generar lotes y para construir viviendas son el camino más adecuado para lograrlo. Solucionando el problema de la vivienda en Junín no solo le llevamos alivio al que la necesita, sino que es en beneficio de toda la ciudad. Más ingresos volcados a la actividad económica y menos desempleo significan menos pobreza y una reconstrucción de la esperanza que hoy no tenemos. Porque cuando hay trabajo, todo lo demás se va arreglando.


(*) Precandidata a intendenta de Junín por el Frente de Todos. 

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