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María Eugenia Vidal busca sumar voto a voto porque sabe que Mauricio Macri constituye un fuerte contrapeso para sus chances de reelección.
PANORAMA PROVINCIAL

Tras el efecto Pichetto, el Gobierno bonaerense analiza un rediseño de la estrategia electoral

Un informe de la Universidad Torcuato Di Tella acaba de aportar un dato que podría resultar auspicioso para el oficialismo. De acuerdo a los números que reveló, el índice de confianza del consumidor subió en mayo un 6 por ciento en relación al mes anterior. Ese guarismo trepó el 12,3 por ciento en Capital Federal. La sensación de un escenario un poco más amigable para el Gobierno, esconde, sin embargo, un aspecto que vuelve a exponer el complejo cuadro electoral que tiene frente a sí María Eugenia Vidal: en el Conurbano, ese índice apenas trepó el 1,3 por ciento.
En el Gran Buenos Aires, donde vota casi el 70 por ciento de los bonaerenses, es donde más ha pegado la pérdida de puestos laborales y la caída de la actividad industrial. Esa mejora módica en la expectativa de la gente sobre la evolución del estado general de la economía, revela la dureza de la roca que deberá horadar la Gobernadora en su cruzada reeleccionista.
Vidal se apresta a transitar la etapa preliminar de la campaña rumbo a las Primarias portando una canasta en la que se mezclan fortalezas y debilidades. Entre las primeras aparece su alta ponderación pública. También, distintos aspectos de su gestión que buscará recordar al electorado. Sin embargo, su principal contrapeso es dual: por un lado, la alta intención de voto que registra en la Provincia la fórmula que integran Alberto Fernández y Cristina Kirchner y que se prolonga en Axel Kicillof. Por el otro, el hecho de que Mauricio Macri, aun cuando logró una tenue mejora en términos de imagen en las últimas semanas, sigue constituyendo un fuerte contrapeso para las chances de la mandataria provincial.
Con todo, el Presidente ha logrado cierta revitalización. La nominación del senador peronista Miguel Angel Pichetto como su compañero de fórmula instaló en el oficialismo un clima de más optimismo. Habrá que ver cómo impacta en la sociedad. Por el efecto contagio, en estas horas se habla en la Provincia de que Vidal estaría sondeando alternativas para generar algún golpe de efecto de tinte similar.

¿Randazzo con Vidal?
Hay quienes imaginan a la Gobernadora acompañada por un dirigente peronista en la fórmula. La fantasía tiene nombre y apellido: Florencio Randazzo. El ex ministro de Transporte de la Nación está en Europa, alejado de las negociaciones que están en plena efervescencia por el cierre de listas. No habría indicio alguno en el sentido de que Randazzo acepte, si es que se lo ofrecen, un convite semejante.
Esa tarea exploradora que apunta a generar alguna sorpresa pone en jaque la relación con el vicegobernador Daniel Salvador. El dirigente de la UCR sigue sin ser confirmado y ese solo hecho alimenta los rumores. La vigilia radical se hace eterna. Parece presa, además, de una negociación paralela: la que tiene que ver con la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación. Por ese espacio puja el mendocino Alfredo Cornejo, pero Vidal quiere designar allí a su ministro Cristian Ritondo. Si la Gobernadora no consiguiera que la Casa Rosada ratificara el compromiso que asumió con ella hace un par de meses, acaso Salvador no tenga destino de reelección. Curioso el caso de Ritondo. El ministro de Seguridad parece haberse calzado el traje de verdugo de Salvador. Ya hace un tiempo, cuando se hablaba de una fórmula pura del PRO para la Provincia, el nombre del ministro parecía número puesto.

Ahora quiere PASO
Ese ensayo de revisión es más amplio. El oficialismo está en pleno rediseño de su estrategia electoral en el territorio, con la mira puesta en que no se escape ningún voto que podría tributar a la candidatura de Vidal. De ahí la decisión de habilitar internas en todos aquellos distritos en los que no gobierne el oficialismo. Se trata de una novedad. Hasta hace no mucho tiempo, la idea de tolerar disputas locales era considerada perjudicial y no deseada en el oficialismo bonaerense. Hoy, todo lo que sume para el proyecto reeleccionista en la Provincia es bienvenido.
Habría que prestarle atención a algunas cuestiones puntuales en distritos de fuerte peso electoral. En Mar del Plata, Juntos por el Cambio decidió marginar al intendente Carlos Arroyo y el alcalde ahora buscará la reelección con una boleta municipal. Algunos dirigentes presionan para que se deje participar al jefe comunal en una Paso. 
“¿Estamos en condiciones de prescindir de 10 o 15 puntos?”, se preguntan. En La Plata, en tanto, habría en marcha una discreta negociación para disuadir a radicales disidentes de ir en la lista de Roberto Lavagna. En la pelea bonaerense, cada voto cotiza en alza.

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