Mauricio Macri reitera que será candidato, pese a que dentro de su propio espacio y en especial los radicales, estiman que debería ser reemplazado por María Eugenia Vidal.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El peronismo se reordena para armar una alianza contra Macri

El acercamiento entre el kirchnerismo y Massa lleva al Gobierno a buscar alternativas para mejorar sus chances electorales.

La política argentina, en la práctica, ya ha comenzado la campaña electoral en la que se habla más de quienes serán los candidatos que de proyectos para superar la crisis que vive la Argentina, una y otra vez. Así, se asiste al reordenamiento del peronismo. Sobre la hora, con absoluto pragmatismo y sin atender a las peleas del pasado, como suelen hacerlo en los momentos decisivos, los principales referentes opositores están en plenas negociaciones. Tres años y medio fuera del poder parecen haberlos convencido de que la unidad no se forja con declamaciones.
Las conversaciones que este mismo fin de semana mantienen el kirchnerismo y el massismo son una prueba elocuente de ello. El estado deliberativo incluye también a los gobernadores, los intendentes y los sindicalistas del PJ. Pero lo que verdaderamente se pondrá a prueba en los próximos días es la relación personal que construyeron Alberto Fernández y Sergio Massa.
Ambos fueron jefes de Gabinete de Cristina Kirchner y uno suplantó al otro en 2008, en medio de la crisis que provocó el enfrentamiento de la ex presidenta con las organizaciones del campo. Fernández y Massa saben perfectamente lo que significa caer en desgracia en la consideración de “la jefa”. El derrotero que siguieron luego los mostró juntos por momentos y también separados.
Pero ahora vuelven a necesitarse. Con la incorporación de Massa a una “coalición amplia” contra el macrismo, Alberto Fernández podría diluir la idea de que será un “candidato títere” de Cristina y con decisiones direccionadas por La Cámpora. Algunos cortocircuitos entre el Instituto Patria ultra K y el Grupo Callao albertista por la comunicación de la campaña ya salieron a la luz pública.
Por caso, es notorio el desacuerdo de sectores cristinistas con la intención de Fernández de dejar en el pasado el enfrentamiento con el Grupo Clarín. Sobre todo, de los dirigentes que impulsaron la Ley de Medios, derogada parcialmente por el presidente Mauricio Macri. La presencia de Massa en el mismo espacio político le daría a Fernández otra capacidad para insistir en la moderación.

Tiempo de definiciones
El líder del Frente Renovador se autoimpuso 72 horas de silencio tras el congreso partidario del jueves en Parque Norte. Este domingo asistirá a la final de la Copa de la Superliga entre Boca y Tigre, que se disputará en Córdoba, y mañana reunirá a la mesa política de su fuerza, que integran Diego Bossio, Graciela Camaño y Raúl Pérez entre otros. Empezará el tiempo de las definiciones.
El massismo buscará no quedar subsumido en el kirchnerismo, ante un eventual acuerdo entre el Frente Renovador y Unidad Ciudadana. Para eso, analizan en el entorno del tigrense, será necesario que el PJ articule la alianza opositora. Massa espera que los gobernadores jueguen en ese sentido un rol activo, así como también los intendentes del Conurbano con los que dialoga.
Nunca lo dirán en público, pero el esquema que prefiere el massismo para regresar al PJ es similar al que utilizó Elisa Carrió para integrarse a Cambiemos: competir en las PASO presidenciales y luego mantener un perfil político propio en caso de tener que acompañar a un gobierno que surja del mismo espacio. La jefa de la Coalición Cívica logró estos años no quedar diluida en el PRO.
Massa no tendría garantizada la supervivencia política, en cambio, si decidiera plegarse a la fórmula Alberto-Cristina sin competirle. En ese caso, el FR podría asegurarse lugares en las listas de diputados nacionales y legisladores bonaerenses, así como también que el kirchnerismo no compita en los distritos que gobiernan los renovadores, pero el propio Massa saldría de escena.
Pero antes de sellar un acuerdo con Alberto y Cristina, Massa tendrá que blanquear su salida de Alternativa Federal. Se trata de una decisión complicada porque selló un compromiso político con Juan Schiaretti, Miguel Pichetto y Juan Urtubey que no terminó de tomar forma definitiva. En buena medida, por la irrupción de Roberto Lavagna y su intención de ser candidato sin PASO.

Massa, Lavagna y los alternativos
La diferencia entre Massa y los dirigentes que siguen apostando a la Tercera Vía –como Lavagna, Schiaretti, Urtubey y Pichetto- es menos política que temporal: el tigrense ya intentó transitar por la “avenida del medio” y fue deglutido por el macrismo y el kirchnerismo. Eso ocurrió en 2015 y volvió a suceder en 2017. El peronismo post-kirchnerista no pudo salir del laboratorio electoral.
La polarización fomentada por el presidente Macri –a caballo de los consejos de Marcos Peña y Durán Barba-, sumada a la mala gestión económica del Gobierno, le posibilitó a Cristina mantenerse en el candelero, incluso en momentos de serias dificultades con la Justicia, que llegó a ponerla en el banquillo de los acusados. ¿Pero le conviene ser candidata a vicepresidenta?
No son pocos los que observan que la Vicepresidencia no ofrece fueros ni inmunidad de arresto, como sí lo hace la banca en el Senado que ocupa Cristina por la provincia de Buenos Aires. Como fuera, la movida anticipada de la ex presidenta al ceder el primer lugar de la fórmula a Alberto Fernández aceleró las definiciones políticas y disparó en el massismo un fuerte debate interno.
El acercamiento con el kirchnerismo maduró de tal forma que Graciela Camaño, jefe del bloque de diputados nacionales del FR, quedó prácticamente en soledad en su oposición al posible acuerdo. Otros dirigentes ya habían migrado al campamento de Lavagna, previendo esa situación. Y tampoco faltan los que permanecerán en las filas de Urtubey dentro de Alternativa Federal.
El gobernador de Salta insistirá con su candidatura presidencial con una estrategia destinada a captar votantes desencantados con Macri y también de massistas que no acompañarían una alianza con el kirchnerismo. Pero Urtubey tiene un problema de perfil ante el electorado: cada vez que aparece con el Presidente, se ve forzado a aclarar que no pasará a integrar Cambiemos.

Macri, Vidal y los radicales
En la alianza de gobierno siguen todos estos movimientos del peronismo con especial atención, pero Marcos Peña bajó la orden de no hacer comentarios y enfocarse en el mensaje propio a la población. Para ello, el jefe de Gabinete determinó que la campaña en ciernes será más a través de Whatsapp que de los timbreos. El oficialismo también exalta las obras públicas de su gestión.
Así, no sorprendió la aparición de Macri y la gobernadora Vidal en la inauguración del Paseo del Bajo en la capital federal. Ni tampoco debería llamar la atención que la dupla cambiemista vuelva a mostrarse junta cuando se corte la cinta del Metrobus en el partido de Quilmes, en los próximos días. Al cumplirse un mes de “paz cambiaria”, en el PRO vuelve la teoría de la “fórmula pura”.
Esto es, que Macri no sólo será candidato a la reelección, sino que además será acompañado por una mujer de su partido –Carolina Stanley, Patricia Bullrich o Gabriela Michetti, en ese orden-, lo cual quita espacio a los aperturistas como el ministro Rogelio Frigerio. Esa opción tampoco cae bien entre los radicales que siguen en Cambiemos pero que piden la “ampliación” de la alianza.
El mandato de la Convención de la UCR fue que una comisión de acción política encabezada por el presidente del partido, Alfredo Cornejo, negocie con Lavagna, los socialistas santafesinos y los peronistas alternativos entre otros. Pero el margen para ese tipo de acuerdos es cada vez menor porque la performance electoral del oficialismo no resulta atractiva para las otras fuerzas.
A tal punto, que de las diez elecciones provinciales que marca el calendario este mes de junio, solamente en Mendoza los candidatos de Cambiemos tendrían chances de ganar. Este mismo domingo habría festejos del peronismo en San Juan y de una fuerza provincial en Misiones. En Corrientes, donde gobierna la UCR, habrá elecciones legislativas que se presentan disputadas.
En este escenario, entre los radicales hay dirigentes que piensan que sólo el reemplazo de Macri por Vidal le permitiría a Cambiemos continuar en el poder. Algunos advierten incluso que ya es tarde para eso. Mientras tanto, el peronismo se reordena para armar una alianza contra Macri.