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María Eugenia Vidal teme que la guadaña de la crisis social y económica termine arrastrándola a una derrota electoral en territorio bonaerense.
LA PROVINCIA

Vidal se prepara para la batalla a la espera del demorado rebote económico

Un grupo de intendentes, legisladores y dirigentes territoriales de Cambiemos escuchó atento algunas proyecciones sobre la marcha de la economía. Un alto funcionario del gobierno de Mauricio Macri, con su diagnóstico, tuvo la infausta tarea de ratificar el temor de sus interlocutores: dijo que la tan esperada y varias veces anunciada recuperación recién comenzaría a notarse en el tercer trimestre del año. 
Arrojó un dato adicional, acaso el de mayor peso por el perfil del auditorio plagado de referentes del Gran Buenos Aires: ese posible despegue tardará un tiempo adicional para que comience a verificarse en los distritos más postergados de la Provincia.
Aquella descripción no hizo más que ratificar el escenario electoral plagado de dificultades al que está expuesto el oficialismo. Si el pronóstico se acerca a la caprichosa realidad, Cambiemos irá a las Primarias de agosto con los primeros y acaso insuficientes destellos del aguardado repunte.
“Hace unos meses pensábamos en cuántos municipios íbamos a sacarle al peronismo; hoy estamos viendo cómo hacer para intentar retener lo que tenemos”, se sinceró uno de los asistentes a esa reunión para reconocer los sinsabores.
Esa percepción comienza ganar adeptos en la coalición gobernante. Todas las miradas están posadas en la evolución de la economía. “Si no hay recuperación va a ser muy difícil ganar”, admiten incluso en el gobierno de María Eugenia Vidal. 
Es el reconocimiento más palpable de que la Gobernadora, aun cuando continúa siendo una de las dirigentes mejor ponderadas del país, difícilmente pueda eludir la guadaña del creciente malhumor social si la inflación no cede y el dólar no brinda señales de tranquilidad.
También inquieta la sombra del Presidente, cuya imagen no logra repuntar. Encuentra porcentajes de aceptación bajos en el Gran Buenos Aires, una situación si se quiere esperable por tratarse de un conglomerado poblacional sobre el que la crisis ha golpeado con crudeza. 
Pero lo que sorprendió entre diversos dirigentes del oficialismo fueron algunos números de Mauricio Macri en el corazón productivo bonaerense, donde su ponderación social también viene sufriendo un fuerte bajón.

Vida, sale a la cancha
La novedad hizo activar algunas alarmas. También la necesidad de que Vidal comience a asumir un rol más protagónico en la campaña nacional a pedido de la Casa Rosada. Dio un primer paso en los últimos días con la foto que se tomó junto a la candidata a gobernadora de Tucumán, la senadora radical Silvia Elías de Pérez. No serán las únicas instantáneas en las que aparecerá la gobernadora bonaerense: tiene pedidos de otros radicales como Eduardo Costa (Santa Cruz) y Gustavo Menna (Chubut).
La decisión de nacionalizar la figura de Vidal parece responder más a las necesidades de Macri que al retorno a escena de las versiones del Plan V con el que sueñan no pocos dirigentes del oficialismo provincial. Cerca de la Gobernadora dan por cerrado ese capítulo luego de la seguidilla de señales de hace unos días con el Presidente encabezando encuentros con los principales dirigentes bonaerenses y en los que quedó ratificado el proyecto reeleccionista.
Con esa certeza a cuestas en la Gobernación imaginan una campaña dura. 

Otro retiro espiritual
El próximo fin de semana comenzarán a desgranarse sus lineamientos durante el “retiro espiritual” que el gabinete provincial realizará en Chapadmalal.
Aparece un desafío central: cómo lograr que, pese a las dificultades, el Presidente logre recuperar imagen en la Provincia. Vidal mide, según diversas encuestas, cerca de 10 puntos más que Macri en territorio bonaerense, pero podría perder parte de ese capital si las elecciones, como se presume, se nacionalizan y pesa más la boleta presidencial que la de gobernador. “No hay un corte de boleta de 10 puntos, hay que hacer que suba Mauricio”, repiten a coro en la Gobernación.
En el oficialismo miran también a la oposición. Saben que Cristina Kirchner, de ser candidata, arrancará con un piso alto en la Provincia que es probable traslade casi en su totalidad a su delfín para la Gobernación. Es, por ahora, el rival a vencer. ¿Y el armado de Alternativa Federal? En Cambiemos señalan que Roberto Lavagna estaría midiendo en la Provincia cerca de 12 puntos y anotan también que ese peronismo no K sigue careciendo de un insumo básico: por el momento no aparece el nombre de un postulante de fuste para competir contra Vidal y el kirchnerismo.

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