ENFOQUE

Cambio climático

Una carrera contrarreloj que estamos perdiendo

Decenas de miles de jóvenes salieron a las calles para transmitir un mensaje claro a los dirigentes mundiales: actúen ya para salvar nuestro planeta y nuestro futuro de la emergencia del clima
Esos estudiantes han comprendido algo que muchas personas mayores parecen no captar: nos estamos jugando la vida en una carrera contrarreloj y vamos perdiendo. Retrasar la acción contra el cambio climático es casi tan peligroso como negar que existe. 
A pesar de llevar años hablando del problema, las emisiones mundiales están alcanzando niveles récord y no muestran signos de haber tocado techo. Hoy tenemos la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera más alta en 3 millones de años. Los últimos cuatro años fueron los cuatro años más calurosos desde que se llevan registros, y las temperaturas invernales en el Ártico han aumentado en 3°C desde 1990. 
Afortunadamente tenemos el Acuerdo de París, un marco normativo visionario, viable y con visión de futuro donde se expone qué hacer exactamente para frenar las perturbaciones del clima e invertir sus efectos. Pero el acuerdo en sí es papel mojado si no va acompañado de medidas ambiciosas. 

A pesar de llevar años hablando del problema, las emisiones mundiales están alcanzando niveles récord y no muestran signos de haber tocado techo.

Por eso este año voy a reunir a los líderes mundiales en la Cumbre sobre la Acción Climática. Hago un llamado a todos los dirigentes para que vengan a Nueva York en septiembre con planes concretos y realistas a fin de mejorar sus contribuciones determinadas a nivel nacional para 2020, en consonancia con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 45 % en el próximo decenio y de que sean nulas para 2050. 
La Cumbre congregará a los Gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, las administraciones locales y otras organizaciones internacionales para preparar soluciones ambiciosas en seis áreas: las energías renovables, la reducción de las emisiones, la infraestructura sostenible, la agricultura sostenible y la gestión sostenible de bosques y océanos, la resistencia a los efectos del cambio climático y la inversión en la economía verde. 
El análisis más reciente muestra que, si actuamos ahora, podemos reducir las emisiones de carbono en 12 años y limitar el calentamiento global a 1,5°. Pero si no cambiamos de rumbo, las consecuencias son imprevisibles. 
Los planes de acción no deben dejar un saldo de ganadores y perdedores o acentuar la desigualdad económica, deben ser justos y crear nuevas oportunidades para quienes salgan perjudicados, en el contexto de una transición justa. 
Tenemos de nuestra parte a las empresas. Las soluciones aceleradas al cambio climático pueden reforzar nuestras economías y crear empleo, y a la vez conseguir un aire más limpio, preservar los hábitats naturales y la diversidad biológica, y proteger el medioambiente. 
Con las nuevas tecnologías y soluciones de ingeniería ya se está produciendo energía a un costo más bajo que en la economía de los combustibles fósiles. La energía solar y la eólica terrestre son ahora las fuentes más baratas de nueva energía mayorista en prácticamente todas las grandes economías. 
Pero necesitamos poner en marcha un cambio radical. Hay que dejar de conceder subsidios a los combustibles fósiles y a la agricultura de emisiones elevadas y optar por energías renovables, vehículos eléctricos y prácticas que respeten el clima. Hay que fijar precios del carbono que reflejen el costo real de las emisiones, desde el riesgo climático hasta los peligros que entraña para la salud la contaminación atmosférica. La Cumbre sobre el Clima debe ser el punto de partida para construir el futuro que necesitamos. 
Para terminar, tengo un mensaje para los jóvenes que se manifestaron en muchas ciudades. La gente joven puede cambiar el mundo y, de hecho, lo cambia. 
Muchos jóvenes piensan en el futuro con ansiedad y temor, y yo comprendo vuestras inquietudes y vuestro enojo. Vuestras voces me dan esperanza. 
Cuanto más percibo vuestro compromiso y activismo, más confianza tengo en que vamos a ganar. Juntos, con vuestra ayuda y gracias a vuestro esfuerzo, podemos y debemos superar esta amenaza y crear un mundo más limpio, seguro y ecológico para todos.


(*) Secretario General de las Naciones Unidas, quien ayer inauguró en Buenos Aires la segunda conferencia internacional de alto nivel de las Naciones Unidas sobre Cooperación Sur-Sur (PABA+40 mundial).