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MARKETING APLICADO

Chicos Play

La cultura del videojuego.

Medias al tobillo, gambeta endiablada y raros peinados nuevos. Pisadita con toques de soberbia en chicos de diez años que ofrecen una arenga antes de salir a la cancha. La cámara como testigo y los padres orgullosos registran el absurdo relato de “dejar la vida en el verde césped”. Una estética que prevalece como imposición cultural de las nuevas tecnologías. En la columna de hoy quiero repasar los códigos de comunicación de un segmento que ya tomó partido. 

¿Cómo relacionarnos con estos chicos? 
Captar su atención esquiva, ser relevantes y motivarlos requiere nuevas habilidades. Todo un desafío, no solo para los padres sino para las instituciones deportivas y las marcas. Quizá el error más grande es pretender que piensen o sientan como nosotros y desde ése lugar es desde donde parten la gran mayoría de los estímulos, casi como lo hacían nuestros padres o abuelos con nosotros ¿se acuerdan lo que pensábamos de ellos cuando nos hablaban de épocas que no eran las nuestras?
El potrero, el sentimiento local y el amor por lo cercano, lo próximo. Nada de eso. Hoy los chicos están atentos a lo que hacen sus ídolos y no me refiero al enganche de River, mucho menos a los jugadores del medio local sino a una percepción globalizada. Cómo se visten, cómo entrenan, qué gestos hacen, cómo festejan los goles y otros estímulos que bajan desde la tv pero mucho más desde los videojuegos. La tecnología es clave y las redes sociales es por donde pasa gran parte de sus interacciones.
Naturalmente, debemos partir desde la construcción de valores firmes pero también desde la forma en la que se los comunicamos, dejando de lado el “romanticismo” que ya no es efectivo para estos chicos. La amistad, la conformación de equipo y la posibilidad de protagonizar la historia deben prevalecer en el marco de una historia que debe ser acompañada por un tratamiento gráfico acorde al ojo clínico innato de estos chicos. 
Dejar de hablarles del pasado, de figuras que ellos no conocen. De que todo tiempo pasado fue mejor y que “deben” amar al club de su ciudad porque si, porque así debe ser. La única forma es acercarnos es concebirlo como una competencia por un mismo espacio en la cabeza de chicos que reciben infinidad de estímulos. Analizar el fenómeno de “Los chicos Play” es ponernos en su lugar, jugar como ellos para después si, hablar en el mismo idioma.

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