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MARKETING APLICADO

El vuelto, en caramelos.

Estrategia de precios e impacto social.

Cuenta la leyenda que algunas de las guerras más importantes de la historia comenzaron con pequeños conflictos cotidianos. Células de enfado que fecundan monstruos en nuestro carácter. Reacciones violentas, como cuando el “chino” del barrio nos impone un tipo de moneda que hemos naturalizado. 
Muchos clientes se resignan mascando un caramelo duro sabor banana que pone en riesgo su dentadura. Otros ya levantaron armas y los conservan en sus bolsillos para usarlos en la próxima visita. El conflicto está latente, la tensión se siente en el aire aunque el cajero no deja lugar a dudas y “planta” la golosina en la palma de la mano. 

¿De dónde surge el problema? 
Muchos se preguntarán el motivo por el que no se fijan valores “redondos” y acá les ofrezco una explicación. El precio es una variable con importantes componentes psicológicos, motivo por el que lo que objetivamente parece una diferencia insignificante puede convertirse en una variable fundamental en la toma de decisiones. En este contexto, encontramos dos grupos. Los precios de “oportunidad” que tienden a terminar en “9, 99 o 90” y los de “calidad” que terminan en números enteros. La diferencia radica en la percepción y la construcción de posicionamiento del producto. Así mismo, está comprobado que la economía del esfuerzo hace que focalicemos en los primeros dígitos, de izquierda a derecha, con un nivel de atención decreciente y es por esta razón que muchas marcas se aseguran que los primeros dígitos sean los más bajos. 
Si bien estamos frente a una situación que repercute conflictivamente en el punto de venta generando monedas alternativas que van desde caramelos, curitas y chupetines hasta aspirinas y tornillos, es importante considerar que existe una ley de redondeo a favor del cliente que por lo general no se aplica. Por otro lado, debemos estar atentos ya que muchos comercios ofrecen lo que tienen a mano a “valor agregado” y no a “valor costo” representando una “venta” encubierta.
Estamos de acuerdo, la problemática la genera el marketing. Una actividad que percibida como “ángel” cuando somos vendedores y “demonio” cuando somos compradores o consumidores. Ni una cosa ni la otra, todos tenemos acceso a la información y el sentido crítico. No pretendo postular acciones bélicas frente a comercios castigados sino de estar informados del origen de los precios y las actitudes “poco claras” de algunos comerciantes que aún en presencia de monedas eligen sacar una “ventajita” ¿Tené moneda?. 

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