MARKETING APLICADO

Imagen del fútbol

Una cuestión de fondo.

Durante las semanas previas nos bombardearon con campañas estereotipadas y poco creíbles como la imagen que ilustra esta columna. Estrechones de manos, conferencias de prensa conjuntas y un clima de camaradería que hasta el mismo Mauricio compró con su irracional propuesta vinculada con los visitantes. 
Hablaron de la oportunidad de posicionar al fútbol sudamericano a nivel de campeonatos como la Champions League y así lo hicieron, al menos en el maquillaje superficial. Desde el comienzo noté un esfuerzo desmedido por cuidar los detalles, sobre todo los visibles. El ingreso al campo de juego, el árbitro tomando la pelota de un atril, los jugadores formados y la música oficial. Hasta ahí todo bien pero de pronto esa representación “estéticamente controlada” se vino abajo. El tema es que la construcción de la “imagen” se hace en profundidad y ellos no lo tuvieron en cuenta. Se olvidaron de trabajar “el producto”.

¿Qué imagen dejamos frental mundo? 
Está claro que la definición de la palabra “imagen” implica un reflejo, es decir lo que queda en la retina y esa fue la mayor preocupación de los medios. Ahora bien, para iniciar el camino de la recuperación, en primer lugar debemos dejar de trasladar la responsabilidad a “la gente”, sentenciando a “todos los argentinos”. Es tiempo de ponerle nombre a las cosas porque si “fuimos todos” al final “no fue nadie”. 
Si lo miramos desde otra perspectiva, podemos exhibir la imagen de esas sesenta mil personas que una vez más se retiraron de la cancha en paz frente a una organización que los maltrató durante dos días, una naturalización de las vejaciones que pocas multitudes podrían soportar sin alterar el orden. Golpeados, ninguneados, víctimas de robos, sobreprecios y otras formas de maltrato amparados bajo la idea de “la pasión del fútbol”. 
Ahora me pregunto, ¿somos nosotros “los argentinos” los responsables de esta “mala imagen” o son “ellos”, los dirigentes los que deben asumir la responsabilidad? Creo es tiempo de dejar de lado el discurso abstracto que generaliza y nos ubica a la par de quienes, amparados por redes dirigenciales cómplices, están destrozando el fútbol. Es tiempo de que se hagan cargo del fondo de la cuestión y erradicar esas lógicas argumentales. No hablo solo de hechos puntuales sino de las retóricas hipócritas que se elaboran posteriormente. Un grupo de malabaristas que escudan su incapacidad en la falacia de “así somos los argentinos”. 
Así son ustedes muchachos y la imagen que dan es el fiel reflejo de una realidad que exhibe incapacidad o peor aún, connivencia para que estas cosas sigan sucediendo. Nosotros, “los argentinos” somos inocentes de culpa y cargo. Esa es la imagen que debe quedar. Ustedes completen de sentido la definición de la palabra, empiecen a trabajar las cuestiones de fondo del producto para que el reflejo sea una cuestión real y definitiva y no la copia de un modelo europeo del que todavía estamos muy lejos.

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