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ANÁLISIS

A 35 años de la “Democracia por siempre”

Se cumplieron ayer 35 años del retorno de la democracia, un hecho de una significación histórica para todos nosotros y un mojón en nuestra vida institucional que hasta el día de hoy deja ver su huella, su legado y un horizonte, que nos permita ir despejando resabios de autoritarismo e intolerancia que aún persisten en algunos sectores de nuestro país. 
Sin dudas que la fecha histórica es inseparable de la figura del ex Presidente Raúl Alfonsín y del triunfo en las urnas de la Unión Cívica Radical luego de una intensa campaña que cubrió todo el territorio nacional mientras se cumplían los últimos meses de una dictadura militar que sumergió a la Argentina en el odio, la desconfianza, el terror, la pobreza y las violaciones a los derechos humanos
La esperanza que derramó aquel triunfo cambió el humor social y nos introdujo en una etapa de refundación basada en la profunda convicción democrática de Alfonsín y resaltando aquellos valores que el vino a compartir con la sociedad: honestidad, moralidad, humildad, institucionalidad, compromiso y democracia.
Nunca declinó la idea de imaginar la Patria como un patrimonio común, basado en un compromiso colectivo, capaz de superar la fragmentación de la sociedad y trascender los proyectos de acumulación de poder excluyentes. Tampoco quiso resignar la concepción de la nación argentina como una sociedad abierta, que ha sabido incorporar la cultura del trabajo, del espíritu emprendedor, de la fe en la razón y la Justicia. 
Con la honradez que lo caracterizaba, Alfonsín supo comprender como pocos la fuerza inmanente del ejemplo en la vida social y enseñarnos que los adversarios políticos también eran argentinos, con los que construir un país en común.
 Siendo tan radical como pocos, terminó siendo de todos, como reconocieron sus adversarios políticos. 
Hoy son patrimonio de la democracia argentina muchas medidas que se adoptaron desde el inicio mismo de la transición y que nos permiten comprender la envergadura del proyecto que encarnó Alfonsín y su vocación republicana.
 Hay que multiplicar el reconocimiento a la persona que nos ha dejado un legado que hace más de 35 años era una utopía inalcanzable, al hombre que nos ha legado la democracia que hoy vivimos.

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