None
OPINIÓN

Laguna Mar Sarmiento

Con la idea de homenajear a Sarmiento, sobre el interés que expresó en su momento hacia la Laguna Mar Chiquita, quiero expresar mi interés en que la misma vuelva a llamarse, como se estableció en 1884, Laguna Mar Sarmiento.
Esa Laguna constituye una importante masa de agua salada formada por los desbordes del Río Salado, que actúa cómo su afluente y emisario, convirtiéndola en un bañado, de gran riqueza para la región, en cuanto a recursos naturales y productivos. Conecta con la Laguna de Gómez, el Carpincho y otros espejos de agua derivados de los Ríos Quinto y Salado.
Su fondo está compuesto de tosca y posee una gran cantidad de sedimentos livianos, que la convierten en un lugar único. 
Sarmiento, quien la visitó en 1884, pudo comprobar ese potencial. Quiso hacer del lugar un centro de desarrollo turístico, recreativo, pensando en aguas minerales, barros, preservando las especies autóctonas y demás. Pero, sobre todo, es importante pensar en esa visión que tuvo en cuanto al desarrollo del interior de nuestra provincia y de nuestro país. Fue realmente un visionario. En momentos como éste, es muy importante pensar en ese Sarmiento, no sólo en el gran educador –que es muy justo y verdadero- sino también en esa persona que pensó un país grande, desarrollado y que comenzó a construirlo.
Lamentablemente, en muchas cosas todavía no hemos cumplido su sueño y en esta Laguna podemos concretarlo. 
Nuestra zona hizo nacer en él múltiples ideas y proyectos, fue un lugar de inspiración, basado en el potencial y la productividad. Quiso afincarse aquí, instalar una lechería y preservar las bellezas naturales que pudo apreciar durante su estadía. Comprobó, en aquella laguna, un aspecto fantástico; la multiplicidad de especies de aves, peces, vegetaciones de las más diversas, hasta flamencos rosados. Todo eso, alimentó aún más sus instintos artísticos. Porque, ante todo, era un artista, poeta y entusiasta.
En cuanto a la lechería, quiso instalarse en Junín, soñaba con la elaboración de productos locales que permitieran incentivar la economía regional. Sin dudas, veía claramente el potencial del lugar. En esos viajes, generalmente iba acompañado por viajeros y vecinos de Junín.
Pero, volviendo a la laguna, no quiero dejar de recordar que en su momento la Laguna Mar Chiquita cambió el nombre por el de “Mar Sarmiento”, en su homenaje y en reconocimiento por la importancia que le había dado al vislumbrar la posibilidad de convertir estas fuentes de aguas naturales en sitios de esparcimiento. Como podemos ver, la idea de cambiar el nombre por Mar Sarmiento, tiene un fundamento histórico innegable.
Por eso, este 12 de octubre, al cumplirse 150 años del inicio de su presidencia, considero necesario que, como parte del homenaje a su memoria, la Laguna de Mar Chiquita cambie su nombre a Laguna Mar Sarmiento y retomar así ese potencial productivo que vislumbró al momento de su llegada.

(*) Senador nacional por la provincia de Buenos Aires

COMENTARIOS