None
ENFOQUE

Privados + Estado: lo que está faltando a la ganadería para crecer como lo necesita el país

La actividad –entendida como una actividad inclusiva de pequeños, medianos y grandes productores y la producción de carne, no pueden prosperar con un Estado bobo que todo lo regula.

Como siempre pensé y sostuve a lo largo de los años, las actividades productivas como la ganadería necesitan tanto del mercado como de políticas públicas acertadas que brinden el marco para el crecimiento de todos los eslabones y la sana competencia. 
De hecho, como quedó claro a lo largo de nuestra historia, la ganadería –entendida como una actividad inclusiva de pequeños, medianos y grandes productores- y la producción de carne no pueden prosperar con un Estado bobo que todo lo regula ni tampoco se puede expresar cabalmente si queda librada exclusivamente a las leyes del mercado.
En ese contexto, nos encontramos en un momento histórico apropiado como para poder combinar ambas fuerzas en forma positiva para que la argentina ganadera vuelva a ocupar un lugar preponderante en el corazón económico y social del país.
Creció el stock; poco pero creció. Crecieron las exportaciones, es cierto. Y el mercado interno está consolidado. Es hora, entonces, de dar el siguiente paso, encarando públicos y privados en forma conjunta, las reformas que necesita el sector.
En principio, desde el Estado se deberían fomentar tasas diferenciadas para el sector productivo, porque crédito hay pero a valores que no son adecuados para los ganaderos pequeños y medianos.

Este cambio de consumo, con implicancias económicas pero también culturales, debe ser abordado por toda la cadena de ganados y carnes y el Estado en forma conjunta.

También se debería comenzar a trabajar en el reagrupamiento de los estándares sanitarios y empezar a trabajar de una buena vez en la distribución por cortes, o al menos por cuartos, lo cual permitiría no solamente valores más adecuados para el consumo interno sino también una verdadera complementariedad entre consumo y exportación, mercados que lamentablemente a veces compiten entre sí, en vez de potenciarse.
Todo esto, acompañado por la modernización del Senasa y la continuidad y profundización de las acciones que viene llevando a cabo la Subsecretaria de Control Comercial Agropecuario de la Nación.
Por último, la "piedra angular" del crecimiento productivo: terminar de una vez y para siempre con el "ternericidio", que no solamente atenta contra el crecimiento del stock sino que nos resta cientos de miles de kilos de carne por año. 
Este cambio de consumo, con implicancias económicas pero también culturales, debe ser abordado por toda la cadena de ganados y carnes y el Estado en forma conjunta. 
Desde el IPCVA estamos dando el primer paso, desde nuestro lugar, fomentando acciones de difusión y publicidad relacionadas con el consumo de novillo. Eso solo no alcanza,  obviamente, pero esperamos que el resto de la cadena y el Estado se sumen a esta iniciativa que en el mediano y largo plazo redundará en un beneficio para la sociedad.

(*) Presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). 

COMENTARIOS