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OPINIÓN

Macri confía en una rápida recuperación, pero hay amenazas de nubarrones globales

Con varias semanas de paz cambiaria, lo más significativo para la administración del presidente Mauricio Macri pasa hoy por despejar cualquier duda respecto al cumplimiento de las metas fiscales con el Fondo Monetario Internacional y acceder al segundo tramo del crédito, del orden de los 2.900 millones de dólares, el próximo 15 de septiembre. La baja del gasto avanza más allá de la negociación con los gobernadores peronistas del Presupuesto 2019. La decisión del gobierno nacional es sacrificar partidas, incluso si afectan a la inversión y también a las que estaban comprometidas con las provincias y los municipios. La intención oficial también contempla la continuidad de lo acordado en el Pacto de 2017, de reducción de los impuestos nacionales y provinciales.
Algunos gobernadores de la oposición, como el cordobés Juan Schiaretti, creen que el presidente Macri hará el ajuste de cualquier modo, y por esa razón es partidario de llegar a un acuerdo negociado del Presupuesto del año próximo, a diferencia de otros, como el pampeano Carlos Verna, que imagina bloquear ese proyecto en el Congreso. La información del ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano, indica que el ajuste ya se inició sobre la provincia. En el primer semestre de este año Córdoba recibió una poda de 326 millones de pesos de transferencias discrecionales respecto el año pasado. Entre enero y junio del 2017, recibió 1.571 millones de pesos y en los mismos meses este año 1.245 millones de pesos. Y con el agravante de una inflación del 30 %, lo que significa una caída real más pronunciada.

Algunos gobernadores de la oposición, como el cordobés Juan Schiaretti, creen que el presidente Macri hará el ajuste de cualquier modo, y por esa razón es partidario de llegar a un acuerdo negociado del Presupuesto del año próximo, a diferencia de otros, como el pampeano Carlos Verna, que imagina bloquear ese proyecto en el Congreso.

Aunque este es sólo un caso. De acuerdo con un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), la caída de fondos transferidos a las provincias y municipios arroja un resultado negativo de 20,3 % anual. Entre enero y junio últimos, los fondos transferidos fueron de 55.547 millones de pesos, que representan una baja nominal de 19,8 %. Este resultado surge de considerar las transferencias corrientes, que aumentaron 6,9 %, y las de capital que bajaron 38,6 %. Y a esto se debe agregar otra restricción: el Fondo Federal Solidario, que se constituye con las retenciones a la soja, quedó excluido de la repartija con las provincias.
Este escenario de las transferencias a las provincias augura una negociación áspera, aunque las opciones políticas son muy estrechas. Y más allá del debate político, el resultado concreto es que las provincias tendrán menos fondos para gastar en el 2019, incluso durante la campaña presidencial, y esta restricción se extendería por lo menos un año más, hasta el 2021. La posibilidad de un rebote económico en los primeros meses del año próximo, en caso de ocurrir, sería apenas un alivio respecto la caída económica del 2018. La opción de repudiar el acuerdo con el Fondo Monetario aparece fuera de toda posibilidad, independiente del resultado electoral de las presidenciales del 2019. La sensibilidad externa a la marcha económica local excluye cualquier tipo de financiamiento a un incumplimiento del acuerdo con el Fondo Monetario, con el riesgo de otro default y una crisis aún mayor.
La administración macrista apuesta a un rebote económico rápido y en particular del campo, que espera se recupere con una cosecha récord. El ministro de Producción, Dante Sica, insiste con esta opinión de que la recesión actual será corta, y atribuye la fuerte caída de este semestre no solo a la crisis del dólar y las tasas de interés, sino en particular a la sequía que afectó severamente al campo. Las especulaciones sobre si habrá o no recuperación en el 2019 y cuándo ocurrirá, de cualquier manera, no se termina con lo que hará el país. A nivel global también existe un debate acerca si la economía mundial ingresará en una recesión en el 2020 o logrará superarla. En Wall Street abundan los miedos de que la economía norteamericana podría ingresar en recesión en la segunda mitad del año próximo o a principios del 2020.
La expectativa supone el fin de una racha larga de crecimiento y con consecuencias en el resto del planeta. Los especialistas hacen esta previsión debido a la suba de tasas de corto plazo instrumentadas por la Reserva Federal, que achata la curva de rendimiento de largo plazo. Históricamente, esto ocurre en los períodos previos al inicio de una recesión. Aunque, no todos comparten este escenario. El mercado laboral norteamericano muestra pocas señales de alimentar el alza inflacionaria, que forzaría a una mayor suba de tasas. Y como si esto no alcanzara, las guerras comerciales del presidente Trump abren más interrogantes sobre el futuro económico, del cual la Argentina no quedará excluida.

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