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Christine Lagarde compartió una cena con Mauricio Macri y dejó en claro que si las metas del ajuste no son cumplidas, el organismo podría suspender los desembolsos.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Entre elogios, Lagarde “marca la cancha” y el Gobierno muestra que el ajuste ya empezó

Mauricio Macri busca sobrecumplir la reducción del déficit: ya recortó obra pública y hay rumores de un achique general.

La directora general del FMI, Christine Lagarde, se sentó al lado del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y de inmediato hizo sentir el peso específico de su cargo a escala global. En la conferencia de prensa que ambos dieron ayer en el Centro de Exposiciones porteño, que estuvo blindado por las fuerzas de seguridad, la economista francesa destacó el “liderazgo” del funcionario argentino para hacer cumplir las metas que acordó con el organismo internacional.
No se trató de un mero elogio a su anfitrión en la cumbre de ministros de Finanzas del G20, que concluye hoy en Buenos Aires, sino de una afirmación política: una de las condiciones que pone el Fondo para auxiliar a un país es que sus interlocutores tengan poder efectivo, que les garantice que sus demandas serán instrumentadas.
Claro que Dujovne no tiene liderazgo propio, sino el que emana del presidente Mauricio Macri, quien es el verdadero garante del ajuste.
Pero puertas adentro del Gobierno, Dujovne tiene ahora la voz cantante. Como responsable de la reducción del déficit fiscal, el ministro viene de anunciar un “sobrecumplimiento” de la meta de junio pasado y se estima que 2018 concluirá debajo del 2,7% del PBI comprometido originalmente, con lo cual el recorte presupuestario proyectado para 2019 –hasta llegar al 1,3% del Producto- será menos considerable, en coincidencia con necesidades políticas propias de un año electoral.
Dujovne le explicó a Lagarde este cuadro de situación el viernes por la noche en la quinta de OIivos, en una reunión a solas que dio paso luego a una cena con el presidente Macri (la dama comió risoto con espárragos y pasó la trucha a la plancha, ya que es vegetariana). Ahí la titular del FMI se mostró en sintonía con el Gobierno, aunque dejó una advertencia: “La meta de inflación debe ser cumplida”, dijo.
Si eso no sucediera, el organismo podría suspender los desembolsos.
Por eso, el alza de precios medido por el Indec en 3,7% en junio pasado fue un golpe para la administración de Cambiemos. Pero la inflación de este mes podría ser más baja: las consultoras la proyectan en torno al 2,5%.
Desde diciembre 2015, el nivel de precios acumuló un aumento de 101,8%, al tiempo que la jubilación mínima creció al 88,3% y el salario básico sólo un 79%. Todos estos números confirman que los ingresos no le pueden seguir el ritmo a la espiral inflacionaria.

Cuestión de imagen
La situación económica explica centralmente, más que otros motivos, la caída de imagen del presidente Macri y también de la gobernadora María Eugenia Vidal. Si bien las políticas macro son decididas por la Nación, el impacto recae sobre el territorio. Esa es justamente la idea que otros mandatarios provinciales –especialmente los del PJ- exponen ante el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el propio Dujovne, en las reuniones iniciales de la negociación del Presupuesto 2019.
Vidal logró que el Gobierno nacional proyecte el ajuste en función de los porcentajes de coparticipación. Así, Buenos Aires afrontaría un 23% de los 100.000 millones de pesos del ajuste global de las Provincias. Pero los gobernadores del interior piden que la cuenta se haga de otra manera y que la bonaerense pague el 40% del achique. Vidal está entrampada: el apoyo de la Casa Rosada implicaría el traspaso de los subsidios al transporte y de las eléctricas Edenor y Edesur.
El impacto del ajuste ya se siente en la Provincia. En los últimos seis meses, el Gobierno nacional recortó 20.000 millones de pesos en obra pública, que tenía desplegada principalmente en territorio bonaerense: planes de vivienda, obras viales y alcantarillado sufrieron un drástico recorte. Por eso la administración central desempolvó los programas PPP (de Participación Público Privada) y puso en marcha los primeros dos contratos para autopistas y rutas en la Provincia.
El retraso de este nuevo esquema de financiamiento se debió a la “tormenta” cambiaria que sacudió a la Argentina en los últimos dos meses, lo que llevó a las empresas que se presentaron a las licitaciones a tener graves problemas para fondear obras que, en todos los casos, son de envergadura. Aunque el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, advirtió que el Gobierno ejecutará las garantías de 15 millones de dólares que pusieron si no cumplen los contratos.

La tijera del ajuste
La tijera del ajuste fiscal volvió a agitar rumores sobre un eventual achique de la cantidad de ministerios que tiene el Gobierno nacional, que actualmente son 22. Ya hubo reuniones muy discretas en la Jefatura de Gabinete y se estima que, antes de fin de año, la estructura gubernamental se hará más “funcional”.
En tanto, hay otras partidas presupuestarias que podrían estar bajo la mira: una de ellas es el FONID (Fondo de Incentivo Docente), estimado este año en 23.000 millones de pesos; también programas de salud por 8.000 millones. El recorte llegará además a las Fuerzas Armadas: mañana mismo el presidente Macri anunciará desde Campo de Mayo una reorganización para adaptar a los militares al siglo XXI, aunque la reestructuración podría incluir el cierre de bases y cuarteles.
Otro rubro que sigue teniendo temor de verse afectado por el ajuste gubernamental es el agropecuario. El anunciado faltazo del presidente Macri al tradicional acto de la exposición rural de Palermo, que tendrá lugar el próximo sábado, hizo ruido entre las entidades del campo. Tal vez por eso, en la Casa Rosada explicaron que el mandatario tenía un viaje a Sudáfrica pactado con mucho tiempo de antelación y anticiparon que iría a la Rural posiblemente el próximo miércoles.
“Estoy rodeado pero tengo las botas puestas”, graficó Macri en la conferencia de prensa que dio durante la semana en la quinta de Olivos, cuando lo consultaron por las propuestas que surgen desde la propia coalición de gobierno para volver a aplicar las retenciones. Pero lo cierto es que esa carta el Gobierno la guardaría hasta último momento, en caso de que las negociaciones con los gobernadores y la oposición no garanticen el ajuste comprometido con madame Lagarde.

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