Emilio Disi falleció el miércoles último.
TRIBUNA DEL LECTOR

Con Disi comprendí lo que es un capocómico

Era una noche de verano de principios de 2003. Después de la emisión en vivo de "Yo amo a la TV" por la Televisión Pública, programa que gracias a una decisión de Carlos Rottemberg conducía mi viejo, fuimos a cenar a Edelweiss, restorán de la "farándula" (o como se diga), en pleno centro porteño. Mi viejo, Carlos, su entonces pareja Linda Peretz y Emilio Disi, que había sido el invitado de la noche. 
No recuerdo muy bien qué temas se tocaron en la charla. Pero en un momento Emilio le pidió al mozo que se acercaba:
-Me podés preparar una milanesa para mi mujer? Me la llevo. 
Al vernos un poco extrañados, nos dijo:
-Le tengo que llevar algo si no me mata. 
Salimos de Edelweiss, caminado por Libertad, y doblamos por Corrientes. Rottemberg y Linda nos alcanzaban hasta Retiro, de ahí viajabamos a Mar del Plata.
-Emilio, te llevo si querés -le propuso Rottemberg. 
-No, dejá, gracias. Me tomo un taxi. 
Y ahí se quedó. Parado. Solo. Esperando un taxi a las doce y media de la noche. Con un paquete con una milanesa, y el Obelisco de fondo. 
Nos empezamos a reir todos. Era una imagen muy graciosa. 
Allí comprendí lo que son los capocómicos. Personas que te causan gracia con una postura. Con un gesto. Casi sin proponérselo. Que están destinadas a hacernos reir; a hacernos, quizá, por un momento, por muchos momentos, felices. 
Emilio Disi fue uno de ellos.

Juan Francisco Vilches. Vía Facebook.