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María Eugenia Vidal, mientras le pone el pecho al conflicto docente, comenzó a trabajar por la reelección en la Provincia.
PANORAMA PROVINCIAL

Vidal muestra los dientes y enciende motores para el operativo reelección

El PRO oficializó el respaldo para que compita por un nuevo período en la Gobernación.

El emblemático Parque Norte, en la costanera porteña, fue escenario a fines de la semana que terminó, de una movida que para el común de los bonaerenses pasó desapercibida pero que para el universo de la política provincial tuvo una significación de enorme peso. El viernes, los salones de ese predio del Sindicato de Comercio recibieron a las principales figuras del PRO, en una cumbre partidaria que tuvo un objetivo único: poner en marcha el operativo “triple reelección” en Nación, Ciudad de Buenos Aires y Provincia.
Fue la primera vez que en un ámbito formal de Cambiemos se habló de reelecciones de cara a las elecciones de 2019. Según la lógica oficialista, se trata de un movimiento “natural” luego de los rotundos triunfos en esos tres ámbitos en las legislativas del año pasado.
Sentada junto al secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y el Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal vivió la jornada del viernes pasado con una satisfacción particular, luego de una semana de sinsabores.
Desde principios de un año que asomó particularmente complicado para el presidente Mauricio Macri, cuya imagen positiva cayó varios puntos, el nombre de María Eugenia Vidal había comenzado a circular en el centro de especulaciones de todo tipo.
De las mesas de ajedrez oficialistas salieron borradores que la ubicaban, por ejemplo, como posible candidata presidencial en caso de que el operativo reelección de Macri se torne riesgoso o directamente imposible. Otra versión, por caso, la daba como posible compañera de fórmula de Mauricio de cara a 2019, una jugada que se complementaría con un hipotético desembarco de Marcos Peña en la Provincia.
De todas las especulaciones (que algunos atribuían a movidas propias de las internas partidarias) esa última era la que más malestar generaba en Vidal. Para la Gobernadora, competir por la vicepresidencia implicaba la posibilidad de una suerte “michetización”, como algunos con algo de crueldad bautizaron al efecto de pérdida de gravitación política que supone ejercer la vice.
Parque Norte, entonces, fue para Vidal la ocasión ideal para despejar fantasmas y lanzarse de lleno a la carrera reeleccionista, en el inicio de un año en el que no se desgastará en tareas de campaña.
En ese marco, una de las primeras decisiones fue mandar a desactivar definitivamente los proyectos más polémicos que venían agitando en el entorno de la Gobernación  y que amenazan generar una polémica con derivaciones imprevisibles. Concretamente, quedaron en el freezer, por ahora, la posible reforma al sistema previsional para armonizarlo con régimen nacional de Anses y el borrador con modificaciones al estatuto docente. “No se van a tratar este año”, aseguran, fuera de micrófono, referentes del oficialismo en la Legislatura.

Endurecer posiciones
La Gobernadora empezó la semana como muchos anticipaban: con un paro docente que impidió el regreso a clases de los alumnos de las escuelas públicas bonaerenses.
La medida de fuerza fue en respuesta a la negativa del Ejecutivo a moverse ni siquiera un milímetro del porcentaje de incremento ofrecido en la primera reunión de paritaria, el 15 por ciento a pagar en tres veces y sin cláusula de actualización automática por la inflación. Vidal contraatacó enviado a la dirigencia gremial señales de que está decidida a avanzar, si es necesario, con una investigación sobre el financiamientos de algunos de los sindicatos con posturas más duras en la mesa de paritarias.
Las versiones no contribuyeron justamente a llevar paz a la negociación, que tuvo su último capítulo el viernes, en una reunión en la que el Ejecutivo volvió a plantarse en la misma postura y de la que la dirigencia gremial se retiró con un particular fastidio. “No sabemos ni para qué nos llaman”, se quejaron.
Por ahora, son pocos los que se arriesgan a anticipar cómo se resolverá un conflicto en el que Vidal parece sentirse cada vez más cómoda. “Si no me corrieron con 17 días de paro el año pasado que había elecciones, mucho menos lo van a hacer ahora”, repite la Gobernadora a su entorno,
Por ahora, la única certeza es que esta semana deberá haber una nueva convocatoria. En la Gobernación aseguran que sólo hay margen para charlar cuestiones accesorias pero que la oferta no se moverá.

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