El sector progresista en la Argentina se encamina a un reordenamiento, con bases firmes y sustentables en el Partido Justicialista (PJ), una unidad indispensable, con todo, en estos momentos del país. Todos estos movimientos que se están viendo -aunque incipientes- marcan una buena intención de algunos sectores que estuvieron distanciados, por distintas circunstancias, desde hace mucho tiempo, pero que tienen una identidad claramente peronista, que tienen ideología, y que quieren asistir a alguna forma de confluencia para ver si en 2019 se puede tener alguna posibilidad firme de retornar al poder.
Hoy más que nunca está claro que la derecha política en la Argentina logró una consolidación, una unión, sumada a un acompañamiento mediático y un alineamiento judicial que lo hace de un poder pocas visto en el país. Es un gobierno plutocrático (donde los ricos ejercen su preponderancia en el gobierno del Estado), pero legitimado por el voto popular, con lo cual, con más razón, como sector opositor tenemos que hacer el esfuerzo para ver de qué manera se sintetizan todas las expresiones del progresismo, que no tenemos nada que ver con la ideología que está imperando en este momento, para ver si se puede vencer a este gobierno. Sabemos que el camino es difícil, que va a llevar mucho tiempo y mucho desprendimiento de parte de dirigentes que tienen que saber adaptarse a las nuevas circunstancias, saber que hoy, en la oposición, nadie tiene el poder absoluto; hay algunos que tienen mucha más representatividad que otros, pero individualmente ninguno puede acceder al poder. Se necesita un camino de unidad, tanto a nivel local, provincial y nacional.
(*) Titular de ATSA Junín.
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