PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

Tensiones y sospechas detrás de una marcha del sindicalismo opositor contra el Gobierno

La movilización que motoriza Moyano contra las políticas oficiales profundiza la pelea del gremialismo duro con Macri.

Ninguno parece estar dispuesto a dar marcha atrás. El Gobierno y el sindicalismo opositor, encabezado por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, transitan hacia  una confrontación política de final incierto.
Se trata de una disputa que se fue alimentando en las últimas semanas de combustible altamente explosivo y que está enmarcada en sospechas y operaciones que involucran a algunos actores que no aparecen, al menos en superficie, subidos a este escenario belicoso.
Moyano, por medio de su hijo Pablo, acaba de convocar a una marcha para el 22 de febrero con la idea de plasmar en la calle el rechazo a diversas políticas oficiales. Para la administración de Mauricio Macri, esa convocatoria esconde otras motivaciones: dar una respuesta pública al cerco judicial que de a poco se va tendiendo sobre el líder camionero y su familia, sospechados de los presuntos delitos de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.

Moyano vs Macri
El líder camionero pareció romper lanzas con el oficialismo al apuntar directamente al Presidente. Fiel a su estilo directo y sin filtro, dijo que si tiene que ir preso quiere que lo pongan “a lado de la celda del padre de Macri”.
Días antes había compartido un encuentro con otro sindicalista cuya lengua suele traicionarlo de vez en cuando: Luis Barrionuevo. Ambos aparecen como arietes de la embestida contra el Gobierno.
Este tándem busca por estas horas sumar masa crítica a esa marcha que pretende transformarse en la primera manifestación callejera de envergadura del año contra las políticas oficiales. Con ese fin, van en busca del kirchnerismo.
No resultó casual la activa participación de Pablo Moyano en la cumbre que el peronismo bonaerense llevó a cabo en la localidad balnearia de Costa del Este. Si bien integra la conducción partidaria, asumió un rol central en aquél encuentro en el que alumbró un documento con tono crítico al Gobierno. “La política económica es un fracaso rotundo”, reza, por caso, uno de los principales tramos del pronunciamiento público.
Aunque dialoguista, la nueva conducción del PJ provincial olfatea que es tiempo de endurecer el discurso. Más aún cuando diversos sondeos indican que Macri sigue sin poder remontar la caída de su imagen que experimentó en diciembre en medio del polémico debate por la reforma previsional y la violencia que explotó en las calles y que se agigantó tras los anuncios de nuevos aumentos tarifarios y el affaire que involucró al ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
De allí se alimenta la ilusión de los Moyano de transformar aquella marcha en un pronunciamiento contundente. Se sabe que existen contactos con dirigentes del kirchnerismo para sumarlos a la movida que se extenderán a distintas organizaciones sociales que se vienen manifestando en contra de las políticas oficiales.
Puede que algunos de esos grupos tengan motivos adicionales para sumarse a la protesta. En las últimas horas trascendió que el Gobierno dará de baja a unos 28 mil planes de empleo que controlan esos sectores, al detectar presuntas irregularidades en la contraprestación que deben realizar sus beneficiarios.
En Cambiemos no parecen dispuestos a tender algún puente con el moyanismo. Por el contrario, va contra algunas prerrogativas del gremio de Camioneros. El Gobierno está obsesionado con bajar los costos logísticos del transporte y estaría pidiendo, por caso, que se baje un adicional por antigüedad que perciben los afiliados a ese gremio.
En la Casa Rosada abundan las sospechas y no creen en las casualidades. Enlazan el anuncio de la marcha del 22 de febrero y la difusión de los audios que comprometen al ministro Triaca, con el avance de las causas contra Moyano y su entorno.

Dardos oficiales
Los dardos también se dirigen hacia la figura de Sergio Massa. El tigrense, desaparecido momentáneamente de la escena política vernácula, está en el pedestal de los enemigos políticos oficiales. Le apuntan a su entorno como la usina que amplificó el episodio que involucró a al ministro Triaca con su empleada y su polémica contratación en el Somu, el gremio de los portuarios que está intervenido tras la detención del no menos polémico Omar “Caballo” Suárez.
El círculo cierra perfecto para la lectura conspirativa a la que adhiere el oficialismo carente de autocrítica: le apuntan a una de las dirigentes de confianza de Massa, la diputada Graciela Camaño, además esposa de Barrionuevo.
Puede que en las próximas horas Massa le otorgue motivos adicionales al Gobierno para alimentar la inquina en su contra. Apenas regrese de Centroamérica recibirá al combativo dirigente docente de la Provincia Roberto Baradel, quien buscará sumar al Frente Renovador en la cruzada por evitar cualquier reforma de fondo al sistema previsional que se maquina en la administración de María Eugenia Vidal. Baradel, cercano al kirchnerismo, estuvo el viernes en la cumbre pejotista. A la misma hora y en el mismo lugar que Pablo Moyano.
Por su parte el Gobierno tampoco cesa en la embestida contra algunas prerrogativas sindicales. Sergio Palazzo es el líder de la Asociación Bancaria y uno de los sindicalistas destacados. Se comenta que será uno de los dirigentes que se subirá a la marcha que llamó Pablo Moyano.
Por estas horas Palazzo deberá absorber un golpe importante que se producirá en las arcas de su gremio. El ministerio de Trabajo acaba de dar de baja la vigencia de una “cuota solidaria” del 1% que debían aportar al gremio en forma compulsiva los empleados del sector financiero, aún cuando no estuvieran afiliados al gremio. Los números hablan por sí solos: el gremio perderá, de acuerdo a diversas estimaciones, cerca de 1 millón de pesos al mes.
Cuentan que Moyano analizó, antes de anunciar la marcha del 22 del mes próximo, una alternativa bastante más virulenta para expresar su rechazo a las políticas oficiales. La idea original era un corte de rutas por 48 horas, lo que hubiera significado una virtual paralización del país.
Finalmente primó la idea de no ir tan a fondo en la pelea contra Macri. Pero la amenaza quedó flotando en el enrarecido clima que se respira en la relación entre el oficialismo y los gremios más combativos.
El Presidente volverá en las próximas horas al país luego de su periplo europeo. Macri hubiera preferido un final de gira un poco más amigable, pero no logró el acuerdo del presidente francés Emmanuel Macron para estrechar lazos comerciales entre el Mercosur y la Unión Europea. Pese a todo, las conversaciones seguirán en los próximos días.
Aquí, en la Argentina, lo aguarda el desafío sindical de los sectores más combativos. No sólo eso: la necesidad de que la pelea contra la pobreza y la inflación empiece a reflejar resultados más amigables.

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