La zona norte del interior de Buenos Aires es una de las áreas más fértiles y productivas del país. Una zona volcada al agro y la ganadería, donde también existen importantes emprendimientos vinculados al comercio y la industria. Hace dos años, el presidente Mauricio Macri nos confió la responsabilidad de poner en marcha el plan de obras viales más importante y transparente de la historia del país, que ayudará a que el norte bonaerense se desarrolle y se transforme en uno de los motores del crecimiento del país.
En esa tarea estamos enfocados desde entonces. Y para cumplir con este gran desafío, comenzamos a ejecutar obras esperadas por los vecinos durante años, incluso décadas, que no solo mejorarán las condiciones de seguridad y terminarán con el flagelo de los accidentes; sino que también incentivarán el crecimiento de los pueblos y las ciudades, atraerán inversiones productivas, generarán miles de empleos y mejorarán la competitividad de nuestras economías regionales.
Con la mira puesta en el futuro, reactivamos la construcción de proyectos emblemáticos como la Autopista Pilar-Pergamino (RN 8), la Autopista Luján-Bragado (RN 5), la Autopista del Buen Ayre, el Viaducto del Puente La Noria y la Autopista Junín-Luján (RN 7). Esta última, como tantas otras, reclamada hasta el hartazgo por los vecinos de la ruta 7, cansados de los accidentes y los choques frontales que son moneda corriente en el corredor.
Luego de años de abandono, la autopista Junín-Luján está avanzando y en poco tiempo será realidad. El valor de esta vía es tal, que el presidente Macri realizó uno de de sus primeros actos de gobierno anunciando la reactivación de la obra. Allí también le prometió a los vecinos que íbamos a terminar el primer tramo lo antes posible. Y aunque mucho pensaron que era imposible, lo hicimos.
En menos de cien días, cumplimos con nuestra palabra y habilitamos los primeros 31 kilómetros de la autopista, entre Luján y San Andrés de Giles. Un hecho simbólico que le devolvió la esperanza a los vecinos, quienes volvieron a creer que vivir mejor es posible. Luego de años de retrasos, hoy el panorama es totalmente distinto.
“Ya tenemos en marcha la construcción de 160 de los 168 kilómetros que faltan por terminar. El último tramo, de 8 kilómetros, correspondiente a la travesía urbana de Junín, ya fue licitado”.
Cualquiera que pase con su auto por la ruta 7 puede ver el movimiento y el avance de la obra en todo el recorrido, incluso los fines de semana y los feriados. Estamos realizando un trabajo muy fuerte para terminar lo antes posible. Esfuerzo que nos es retribuido gracias a las miles y miles muestras de apoyo y aliento que los vecinos nos hacen llegar todos los días a través de distintos medios, como cartas, videos, fotos y mensajes por las redes sociales.
La Autopista Junín-Luján es una de las obras más importantes que desde el Ministerio de Transporte y Vialidad estamos llevando adelante. Un nuevo corredor de integración que tendrá 199 kilómetros, donde estamos invirtiendo más de $ 9.800 millones, una de las sumas más importantes en todo el país.
Ya tenemos en marcha la construcción de 160 de los 168 kilómetros que faltan por terminar. El último tramo, de 8 kilómetros, correspondiente a la travesía urbana de Junín, ya fue licitado en noviembre junto a la primera tanda de proyectos de Participación Público-Privada.
En este momento, estamos avanzando en la colocación de las vigas del distribuidor de La Agraria, a la altura de Junín, y en la construcción de un nuevo puente sobre el arroyo La Guardia, entre Carmen de Areco y San Andrés de Giles. Y a la altura de esta última localidad, en el marco de la construcción de la nueva variante, ya empezamos a colocar las primeras capas de asfalto y tres nuevos puentes-distribuidores.
La Autopista Luján-Junín será dentro de poco tiempo uno de los más importantes corredores productivos de la provincia de Buenos Aires y del país. Más de 10.000 vecinos, turistas y transportistas se beneficiarán todos los días por esta obra, al poder viajar más rápido, seguro y directo. Pero, además, una vez terminada, la autopista hará caer los costos logísticos del transporte, al hacer más competitivas nuestras economías regionales, y más fácil la vida de los vecinos. Y esta vez es verdad, porque por primera vez en hay un Gobierno que hace más de lo que dice.
(*) Administrador general de Vialidad Nacional
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