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ANTICIPOS ECONÓMICOS

Un inesperado frente de conflicto

Justo cuando las mediciones públicas y privadas coinciden en que se dio inicio a un proceso de reactivación, el Gobierno debió enfrentar una inesperada situación conflictiva con los Estados Unidos, que podría hacer perder al país un negocio de casi 1.300 millones de dólares anuales.
Tras la fatigosa tarea de intentar destrabar el ingreso de limones argentinos a Estados Unidos y aceptar la importación de cerdos, la Argentina recibió una muy mala noticia y mantuvo un primer encontronazo político con el Gobierno de Donald Trump.
El Departamento de Comercio norteamericano denunció que el biodiésel argentino está subsidiado y decidió elevar de 50,29 al 64,71% el arancel a este combustible y prácticamente bloqueó las exportaciones.
El negocio no es menor: durante 2016 las exportaciones de biodiésel llegaron a 1.240 millones de dólares y el 96% fue destinado al mercado norteamericano.
Los exportadores locales salieron rápidamente a quejarse y denunciar que esto paraliza el negocio; la cancillería emitió un comunicado rechazando en duros términos la medida y citó al encargado de negocios de la Embajada de ese país en Buenos Aires, Thomas Cooney, quien tuvo que escuchar en persona la protesta.
En este contexto, aparece como lejana aquella reciente afirmación del vicepresidente norteamericano, Mike Pence, en su visita al país, en cuanto a que "la Argentina tiene un socio sólido en Estados Unidos".

El Departamento de Comercio norteamericano denunció que el biodiésel argentino está subsidiado y decidió elevar de 50,29 al 64,71% el arancel a este combustible y prácticamente bloqueó las exportaciones.

En pocas horas, la administración de Mauricio Macri, que tanto se ha empeñado en hacer buena letra para recomponer la relación bilateral, debió afrontar esta conflictiva situación.
La preocupación de los empresarios es que por más que se inicie un proceso de negociación y de revisión de las medidas, estos procedimientos suelen demorar meses y hasta años.
La extensión de un conflicto comercial bilateral suele demorar un tiempo que por lo general es suficiente para afectar la capacidad de los productores, quienes tienen que salir a buscar nuevos mercados para compensar las pérdidas.

El comercio externo, otro punto de preocupación 
Más allá de representar un paso atrás en la relación comercial con Estados Unidos, la controversia generada en torno al biodiésel afecta a la Argentina en el frente externo, un punto débil para el país y que empeora mes a mes.
Según la última estadística del INDEC, la Argentina acumuló un déficit comercial de 3.428 millones de dólares entre enero y julio, superando ampliamente a los 2.124 millones de saldo negativo del año pasado y el más elevado desde 1994.
Las cifras del informe sobre el Intercambio Comercial Argentino (ICA) indican que las importaciones llegaron en el séptimo mes del año a 6.039 millones de dólares y crecieron 29,9% respecto de julio del año anterior.
Este fuerte avance de las compras al exterior se explicó por aumentos a lo largo de todos los usos económicos, a excepción de combustibles y lubricantes.
Sin embargo, un dato que el gobierno destaca es que la importación de Bienes de Capital se destacó nuevamente por su significativo aumento (54,7% interanual) reafirmando, de esta manera, la dinámica de repunte en las inversiones reflejada en el primer trimestre del año.
Por el contrario, lo que preocupa es que los bienes de consumo tuvieron en julio un fuerte aumento de casi 20% y vienen subiendo mes a mes, lo cual no sólo afecta negativamente el comercio exterior sino que impacta en el aparato productivo local.
Así, el panorama es complejo porque la fuente de ingreso de dólares son dos: exportaciones o endeudamiento, un camino sumamente riesgoso.
En julio, previo al proceso electoral, casi un millón de argentinos compraron dólares, alcanzando la mayor demanda en un año y medio, superior a los 3.000 millones de dólares.

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