Existe una renovada esperanza en el cambio y los propios ciudadanos han sido los encargados de hacernos saber, durante las múltiples recorridas realizadas a lo largo y a lo ancho del extenso territorio provincial, que el camino a seguir es el actual.
Esa cuota de credibilidad tiene directa relación con las políticas en marcha que involucran rubros absolutamente descuidados durante décadas. Así se han dado pasos concretos en torno a la salud, la educación y la seguridad, esta última una de las mayores demandas de la sociedad.
Reconocen y alientan el combate a las mafias enquistadas en el propio Estado, para recuperar la transparencia y la confianza en los agentes públicos.
No existe un distrito, entre los 135 que conforman la amplia geografía de la provincia de Buenos Aires, que no tenga una obra pública en marcha. Esto es así porque responde a políticas de fondo que atacan a fondo viejas demandas.
Ya pusimos manos a las obras para dotar de servicios esenciales, como el agua corriente y las cloacas, a miles de bonaerenses que también saldrán beneficiados con el plan de asfaltado en marcha que involucra a numerosas rutas provinciales.
Trabajamos sobre las cuencas de los ríos para alejar el flagelo de las inundaciones.
Ese contacto permanente con los vecinos en las recorridas, que se vienen desarrollando desde el mismo momento del inicio de la gestión, nos ha permitido dialogar sobre lo que se ha avanzado pero también sobre lo que queda por resolver. Sentimos el apoyo de la gente y también asimilamos las demandas para dar respuestas en el futuro.
Esta que viene es una elección muy importante porque resulta una oportunidad histórica para seguir avanzando sobre los temas que les preocupan a los vecinos. Estamos convencidos que el desafío principal pasa por seguir profundizando, en la provincia, un cambio que ya es una realidad.
Por todo eso es que les pedimos el voto.
(*) vicegobernador de la provincia de Buenos Aires.
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