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Vidal -ahora con la incorporación de Elisa Carrió- apareció en todos lados junto a Esteban Bullrich y Gladys González para apuntalar la fórmula de Cambiemos.
LA PROVINCIA

A la caza de votos en el territorio más hostil

El lunes, a pocas horas de que comience formalmente el período de campaña, el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal desembarcaron en La Matanza para inaugurar un centro de transbordo del Metrobus. Mezcla entre gestión y campaña, la actividad se desarrolló en un marco peculiar: el despliegue de centenares de efectivos de Gendarmería y un vallado que separaba a Macri y Vidal de los vecinos de ese distrito a una distancia de 300 metros. Eso, para impedir los insultos y las manifestaciones de las últimas visitas del presidente a ese municipio, que desde Cambiemos vinculan a grupos que responden a la intendenta kirchnerista Verónica Magario.
Un día después, el martes, la ex presidenta y candidata a senadora nacional Cristina Fernández difundió a través de las redes sociales la visita a un tambo ubicado en Lincoln, un distrito ganadero del noroeste provincial. La actividad también tuvo aristas particulares: se desarrolló en medio de un total hermetismo, ante la preocupación de que el dato del desembarco en esa zona pueda llegar a producir algún escrache por parte de productores o dirigentes agropecuarios. Los temores de los jefes de campaña de Cristina tienen sustento: en el campo bonaerense todavía hay un extendido rechazo al kirchnerismo tras la pelea de 2008 por las retenciones.
En espejo, los dos principales animadores de la disputa electoral en la provincia de Buenos Aires de cara a las Primarias de agosto mostraron en la primera semana de campaña la decisión de ir a buscar votos en los territorios más hostiles.
Macri y Vidal, en La Matanza, el distrito con mayor tradición de voto peronista y corazón de la Tercera sección electoral, allí donde Cristina se hace más fuerte. La ex presidenta, en el interior agropecuario de la Provincia, esos campos desde donde, entendían en su gobierno, se preparó una especie de golpe institucional en la crisis por la 125.

Mover la dama
Transcurrida la primera semana, en Cambiemos, algunos creen que la campaña de cara a las PASO arrancó con “un 1 a 0 abajo”. Las encuestas que circularon esta semana volvieron a mostrar a Cristina Fernández algunos puntos por encima de Esteban Bullrich. Los márgenes varían entre el 2 y el 3 por ciento, pero hay mediciones que marcan incluso una ventaja de 4 puntos.
El escenario está partido en tres: por un lado, la Primera sección electoral, del norte y noroeste del Conurbano, donde la mayoría de los sondeos muestran, con más o menos matices, una especie de empate técnico entre Unidad Ciudadana y Cambiemos, con Sergio Massa como un tercer actor de peso. La Tercera, donde Cristina obtendría una amplia ventaja. Y, finalmente, el interior más La Plata, donde predomina el voto oficialista. En el balance, los números muestran que  la performance de la ex presidenta en el Conurbano sur le permitiría ser la que más votos coseche en las PASO de agosto.
La estrategia de pescar en territorio desfavorable que desplegaron esta semana los principales candidatos tiene, sin embargo, un límite. Como sea que se repartan los números, entre Cristina y Esteban Bullrich cosechan un 65 por ciento de los votos. Sergio Massa parece tener consolidado un nivel de 20 puntos. Con los entre cinco y siete puntos que le dan a Florencio Randazzo ya suman más del 90 por ciento. El resto se divide entre la izquierda, los partidos más chicos y el blanco. ¿De dónde sacar más votos para engrosar la cosecha propia?
Puertas adentro, en un sector del oficialismo analizan el escenario en base a un par de variables. Por un lado, el acierto en la estrategia de Cristina para llevar adelante su campaña electoral, en la que su figura parece correrse de escena para dejar lugar a las “víctimas del modelo”. Pero también por la debilidad de la candidatura de Esteban Bullrich.
“Arrancó mal parida”, dicen. “Todos los demás vienen, de una manera u otra, en la cancha desde diciembre. Y Esteban estuvo “guardado” hasta unos días antes de que se lancen las candidaturas”.
Por eso, en este primer tramo de la campaña se jugó, como nunca, la estrategia de “mover la dama”: María Eugenia Vidal, la figura con mayor índice de imagen positiva, apareció en todos lados y a todas horas junto al ex ministro de Educación y a Gladys González.
Con una novedad: la incorporación de Elisa Carrió, quien -cuando fue llamada para ayudar- decidió guardar en un cajón los durísimos cuestionamientos a algunos de los hombres más cercanos a la Gobernadora (como Cristina Ritondo) para sumarse a las actividades de campaña. “Lilita” estuvo el jueves en Olivos con Vidal, Macri y Bullrich en una sesión de fotos para las gráficas callejeras de Cambiemos. El viernes, compartió actividades en La Plata y ayer estuvo en el timbreo de Mar del Plata.
La movida busca apuntalar a Bullrich, ante la certeza de que la figura del primer candidato a senador nacional no será suficiente para revertir el escenario desfavorable.

En el mismo río
En tanto, Sergio Massa comenzó a llamar la atención entre los estrategas de campaña de Cambiemos. En el oficialismo entienden que es prácticamente imposible “robarle” votos a Cristina, por lo que el enfrentamiento debe ser con Sergio Massa. “Pescamos en el mismo río”, dicen en Cambiemos.
Las hostilidades llegaron de la mano de una especialista. En su primera bajada a la Provincia. “Lilita” Carrió hizo declaraciones en las que acusó a Massa de “extorsionar demasiado”  a la gobernadora Vidal en la Provincia, lo que disparó uno de los cruces más fuertes en lo que va de la campaña, con pedido de explicaciones por parte de legisladores del Frente Renovador a la gobernadora provincial.
En el massismo se entusiasman con algunos sondeos propios que muestran crecimiento. Pero todavía falta algún trecho para saber si el escenario tendrá tres protagonistas o sólo dos.

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