OPINIÓN

El vaso medio vacío

Hace más de treinta años que ejerzo mi profesión de pediatra, y como tal, siempre trabajé en la prevención y en evitar enfermedades que traigan consecuencias en la niñez. 
En la construcción de la Salud Pública hubo hitos históricos que modificaron y alargaron las expectativas de vida de la población, como el agua potable, el alimento seguro, las cloacas y sin lugar a dudas la implementación de los programas de vacunación. Este último cuestionado actualmente por un proyecto de ley sobre consentimiento informado, ante la postura de las vacunas, presentado por la diputada de Unión Pro Paula Urroz.
Dicho proyecto pretende hacer foco en el vaso medio vacío, ya que se fundamenta en las potenciales reacciones adversas de la vacunación y hasta menciona la posibilidad de “cambios o modificaciones del patrimonio genético”.

Lo que no explica es lo que ha generado el programa de vacunación mundial en beneficio de las personas.

Lo que no explica es lo que ha generado el programa de vacunación mundial en beneficio de las personas. Hace cuarenta años que no existe la viruela, hace dos años que se eliminó una cepa de polio, que disminuyó drásticamente el trasplante hepático por virus de Hepatitis A como causa, la eliminación del síndrome de rubeola congénita, así como también la disminución de los brotes (pandemia) de gripe H1N1.
En nuestro país las sociedades científicas como la de pediatría o la de infectología han asesorado a los distintos gobiernos para ampliar el calendario de vacunación, hoy con veinte distintas vacunas.
Es por ello que no se explica este proyecto de ley que perjudica y confunde las bondades del mejor programa de prevención de salud.

(*) Médico Pediatra. Concejal de 1País.