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NEGOCIOS AGROPECUARIOS

Trabajan por la prevención, reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos

Países de América Latina y el Caribe impulsarán un código internacional de conducta que oriente al mundo en prevención, reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos.
Al respecto, hay 19 proyectos de ley en los parlamentos de la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Uruguay, sostuvo esta semana la FAO, el organismo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. 
La FAO respaldó a los países de la región para crear una nota de sustento técnico del código, que será presentado durante este junio al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA).
En tanto, la nota que será entregada al CSA contiene un marco metodológico para identificar los puntos críticos, prácticas y actores claves vinculados con las pérdidas y desperdicios de alimentos.
Esta propuesta fue debatida por parlamentarios, autoridades de Gobierno, representantes del sector privado, la sociedad civil y la academia de 16 países de la región durante el III Diálogo Regional de pérdidas y desperdicios de alimentos.
FAO nombró al mexicano Julio Antonio Berdegué Sacristán como su sub-Director General y representante Regional para América Latina y el Caribe.
Berdegué durante el diálogo regional dijo que “una gran parte de los alimentos que se producen en el mundo acaben en la basura, cuando más de 795 millones de personas aún sufren hambre en todo el planeta, es un verdadero crimen”. 
La propuesta servirá como base para construir un instrumento jurídico no vinculante –como el que existe para el uso de plaguicidas - que permitirá a los países acercarse a la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que propone reducir a la mitad las pérdidas y desperdicios por persona al año 2030.
Durante el diálogo regional, Chile anunció la creación de un comité intersectorial sobre esta temática, con lo que se sumó a Argentina, Brasil, Costa Rica, Colombia, República Dominicana y Uruguay. 

Berdegué durante el diálogo regional dijo que ‘una gran parte de los alimentos que se producen en el mundo acaben en la basura, cuando más de 795 millones de personas aún sufren hambre en todo el planeta, es un verdadero crimen. 


Por su parte, Ecuador, Honduras y Paraguay ya han iniciado procesos similares.
“Se necesitan leyes que minimicen la pérdida de alimentos desde un enfoque multidimensional y preventivo, no sólo vinculadas a lo punitivo”, explicó la senadora mexicana Luisa María Calderón, coordinadora General del Frente Parlamentario contra el Hambre.
Mientras que en los países en desarrollo un 40% de las pérdidas ocurre en las etapas de poscosecha y procesamiento, en las naciones industrializadas más del 40% se produce en el comercio minorista y a nivel del consumidor.
De acuerdo con la FAO, cada año se usan cerca de 1.400 millones de hectáreas de suelo para producir alimentos que no son consumidos, una superficie mayor a la de Canadá e India en conjunto. 
Las pérdidas y desperdicios de alimentos tienen importantes implicaciones ambientales, económicas y sociales e impactan la sustentabilidad de los sistemas alimentarios.
El código de conducta permitirá coordinar la respuesta global mediante una visión compartida y estrategias de acción que involucren a todos los actores del sistema alimentario.
Al identificar los puntos críticos en cada fase del ciclo de vida de los alimentos, los países podrán prevenir y reducir las pérdidas a lo largo de toda la cadena alimentaria. 
Servirá como una referencia para crear leyes y fomentar la cooperación entre las partes involucradas.
En la Argentina, la campaña #NoTiresComida es una iniciativa de empresas del sector en conjunto con el Ministerio de Agroindustria, en el Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos y la campaña “Valoremos Los Alimentos”. 
Así en la primera etapa, se alcanzaron a más de ocho millones de personas con el mensaje de consumo responsable.
“El objetivo principal consiste en promover sistemas alimentarios eficientes y sostenibles, ya que la responsabilidad no es sólo producir más y mejor, sino darle un buen uso a lo producido”, sostuvo el secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet. 
En la Argentina, las estimaciones hablan de una pérdida de 16 millones de toneladas de alimentos al año, lo que representa aproximadamente 400 kilos por persona anual, más de un kilogramo por día per cápita. 
La subsecretaria de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria, Mercedes Nimo, resaltó que la Argentina es líder en esa campaña a nivel regional junto con Inglaterra que comenzó antes. 
Mientras que a la campaña de concientización se suma el impulso de un proyecto de ley argentino para crear el “Día Nacional de la Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos”.

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