None
TENDENCIAS

Brasil y la economía suman interrogantes

Las elecciones legislativas y la nueva crisis en Brasil llenaron todos los casilleros de atención de los negocios.
No hay demasiado por hacer allí, al menos desde la economía.
Las expectativas sobre el futuro inmediato son un enorme interrogante. Aunque puede haber más.
El “Lava Jato” que sacude a Brasil, podría llegar más temprano que tarde a los estrados locales.
No está claro. Está en debate si el caso Odebrecht desembarcará en algún juzgado antes de octubre y se destapará la trama de nombres, de la política y empresarios involucrados.
Un escenario que se dibuja complejo aunque refrescante a la opinión pública.
¿Sucederá? ¿Y que influencia tendría en los comicios legislativos? ¿Habrá conexión con los casos investigados del gobierno K?

Investigación
Hoy parecen temas de ficción. No puede trasladarse de manera automática la dinámica que adquirió en Brasil la investigación judicial con la Argentina.
Y no sólo por las distintas velocidades; también por la autonomía de la Justicia y la legislación que premia la delación.
La trama que alumbra en Brasil no hace distinción alguna: involucra a los últimos tres presidentes, ministros, miembros del partido gobernante y también de la oposición.
Y a varias de las enormes corporaciones brasileñas.
No es solo Odebrecht. Están otros gigantes JBS, OAS, Camargo Correa o Petrobras, la mayor de las firmas de ese país.
En la última década, Brasil se convirtió en el primer inversor en la Argentina.
Ya no sólo es el mayor socio comercial.
Los vínculos de los negocios son amplios. ¿Cuántas firmas o empresarios locales se verían salpicados si se judicializa las derivaciones del Lava Jato en la Argentina?
Sin lugar a dudas, el sacudón no solo intranquiliza a la política. También llega a los negocios.
En cuanto al resultado electoral de octubre, o para ser más preciso, las expectativas que se originan, tiene una dinámica propia.

La situación económica
La experiencia histórica previa dice que si la economía funciona, el oficialismo gana.
Y precisamente esta situación es la que angustia a las huestes oficiales y a los negocios que esperan una ratificación del oficialismo en las urnas para que avance con las reformas prometidas.
La economía no arranca como para despejar las dudas.
La Fundación Mediterránea acaba de incursionar en este terreno.
Y sostiene en un informe que “a situación económica no le jugaría tan a favor al Gobierno como en todos los períodos electorales donde el oficialismo resultó ganador” y por esa razón “probablemente necesitará de factores adicionales al económico para obtener un triunfo contundente en las próximas elecciones”.
Es un pronóstico de economistas para la política. Sueña extraño, pero refleja en gran medida la tertulia de los negocios.
La recesión económica tocó fondo en el tercer trimestre del 2016 y en los dos siguientes se advirtió una lenta recuperación tanto del nivel de actividad como del mercado laboral.
La inflación, que cayó fuerte respecto a los inicios del gobierno del presidente Macri, en los dos últimos meses se aceleró.
Para lo que resta del 2017 existe un cierto consenso en que se consolidará la salida de la recesión y que la inflación volvería a bajar.
Aunque todo indica que el Gobierno llegaría a los comicios con la economía a media máquina. ¿Qué más debería aportar el oficialismo para ganar?.

COMENTARIOS