TENDENCIAS

Tiempos violentos

Nuestra época nos convoca a pensar los nuevos vínculos sociales, el crecimiento de la violencia y sus modalidades, los actuales tipos de identificación que hallan los jóvenes, las adicciones, la velocidad en que los hechos aparecen y desaparecen. 
A su vez, la comunidad demanda soluciones y la dificultad que observamos es que esas soluciones parten de la misma lógica que la época crea, es decir: velocidad, pensamiento superficial, interpretaciones premeditadas al modo de recetas generales. Esto es comprobable a partir del fracaso de leyes, prohibiciones, que muchas veces, lejos de sosegar los problemas, desatan la furia del monstruo.
La época muestra el fracaso en la transmisión de ideales, valores, que permitían hacer lazo social; esto trae como consecuencia la adhesión de los jóvenes a ideales más endebles que muestran ser frágiles barreras al avance de lo que Freud llamó pulsión  de muerte.
Por otra parte, la disponibilidad de objetos que la ciencia nos brinda trajo aparejada la ruptura de los lazos sociales y  la unificación del consumo. Es interesante observar que el sujeto cree dominar la relación que tiene con los objetos, pero vemos que muchas veces termina siendo víctima de sí mismo.
No se trata de caer en la nostalgia de una época pasada, se trata de leer la nuestra con nuevas herramientas y no sucumbir en ciertos pragmatismos reduccionistas, propios de estos tiempos, impulsados por discursos  sociales hegemónicos.
Nuestra sociedad exige dar respuestas que estén a la altura de las circunstancias. Esto implica no tener respuestas definitivas ni verdades absolutas y tolerar la incertidumbre, las vicisitudes propias del devenir humano. La idea es poder pensar la sociedad actual desde su reverso, ubicar sus grietas, sus intersticios y a partir de allí analizar la posibilidad de nuevas intervenciones.

(*) Psicólogo egresado de la Universidad Nacional de Rosario. 

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