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MARKETING APLICADO

Etiqueta política

La diferencia entre promoción y comunicación.

Esta semana salieron a la luz ambulancias del conurbano identificadas con nombres de algunos intendentes. En otro momento fueron las zapatillas para escolares y desde que tengo uso de razón los carteles destacando la gestión de representantes que “ensalzan” su trabajo en primera persona con el típico: “Gestión fulanito”. La etiqueta política con intenciones auto-promocionales es una cuestión que hemos naturalizado. 
Olvidando su carácter de empleados públicos, nuestros representantes no toman nota que, una vez que asumen, la campaña terminó y que el tiempo promocional debe dejar espacio a la comunicación gubernamental, esa que nos representa a todos. Me refiero a un cambio de tono. La diferencia es sutil pero necesaria. Quizá sea el poder que los marea y verdaderamente creen que hacer su trabajo es un mérito excepcional. También les sucede con los fondos públicos, es cuestión de todos los días escucharlos decir que tal o cual cosa la “pagaron ellos”cuando en última instancia lo único que hicieron fue administrar nuestros impuestos. 
Una y otra vez, oficialismo y oposición se cuentan las costillas para llevarse los créditos de cuestiones sobre las cuales solo interesa el resultado. Esto nos envuelve en una especie de campaña permanente. La puja personal se extiende cuando hay un cambio de gobierno en la pretensión de mencionar que tal o cual obra, idea o gestión la desarrolló el saliente y que el entrante solo se encargó de continuarla. En buena hora señores que así sea, no debería ser materia de comunicación esa pelea por quien lo hizo sino que lo importante para nosotros, los ciudadanos, es que se haga. Entiendo que de alguna manera se ha perdido el carácter cercano y simple de “empleado público” entendido comoocupación que le baje un poco el tono al rol. Están ahí para cumplir con un rol específico, gestionar, administrar y ejecutar. Desde un intendente hasta el mismo presidente de la nación. 
Considero es necesario un re-posicionamiento del rol, del tono y de las formas en general. Creo que cada acto de gestión debe estar contextualizado en el marco de una relación de dependencia por el cual el estado le paga a una persona para que ejecute actos de gobierno y eso no debería ser materia de promoción personal cual grito exaltado sino tan solo de un susurro de comunicación. Quizá esa sea la mejor campaña.

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