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TRASTIENDA POLÍTICA

Cambiemos escribe el discurso de la campaña

La reunión del oficialismo de anteayer en Vicente López, de la que participaron los intendentes bonaerenses del espacio, el presidente Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, marcó el inicio de la campaña electoral del macrismo y dejó ciertas cosas en claro.
Una de ellas es que la Gobernadora será no sólo la cara sino el eje de la campaña provincial, más allá de los nombres que se postulen al Congreso. El gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba, que hacia adentro de Cambiemos se adjudica la autoría intelectual del ascenso político de Vidal, está seguro de que ella es la carta de un nuevo triunfo en las cruciales elecciones de medio término.
La otra certeza es que la apuesta discursiva del oficialismo será insistir en la dicotomía entre “lo nuevo”, que vendría a estar representado por Cambiemos, y “lo viejo”, que sería encarnado sobre todo por el peronismo en esa visión electoral macrista.
Esto será así más allá de quien encabece la boleta del PJ. Si es Cristina Kirchner, como muchos suponen porque conserva un respetable respaldo en cierto sector de la población, acaso sea el escenario ideal para la estrategia de Durán Barba. Pero si es otro dirigente partidario el argumento también podría servirle a Cambiemos: se dirá en cada acto de campaña que durante 28 años el justicialismo manejó los destinos de la Provincia sin que la calidad de vida de su población haya mejorado demasiado y que Vidal lleva apenas un año tratando de revertir esa situación.
Para Cambiemos resulta esencial lograr imponer este eje de campaña. Se verá si tiene la muñeca necesaria -el oficio político- para lograrlo y si el peronismo tradicional lo deja. En este sentido, si la ex Presidenta se postula en Buenos Aires está claro que buscará llevar al electorado hacia su propia estrategia. Que será, admiten las fuentes del kirchnerismo, no hablar de lo nuevo y lo viejo sino directamente hacer que la gente se pregunte si vive mejor ahora, en plena gestión de Macri, o vivía mejor cuando Cristina estaba en la Rosada.
Es una estrategia más bien básica que no apunta a lo conceptual, como la lógica que quiere imponer Durán Barba, sino a la sensibilidad del bolsillo. “La gente va a evaluar que antes la plata le alcanzaba para más”, ex plica un vocero oficioso del kirchnerismo, al tiempo que enumera la suba de tarifas, los despidos, la no contención de la inflación y demás variables económicos adversas para el primer año de gestión del Presidente. En esa lógica, en los sectores descontentos con el Gobierno que apoyarían a Cristina no incidiría en nada la difícil situación judicial de la ex mandataria. 
Si Vidal es el talismán macrista se debe, entre otras cosas, a que en 2015 el PJ le puso enfrente a la encarnación de la “vieja política”: Aníbal Fernández. La continuación de la idea de “lo nuevo” estaría ahora obligando a Cambiemos a buscar nombres, digamos, “descontaminados”.
En el mundo PRO se hizo una lectura política que beneficiaba a Jorge Macri, quien aspira a encabezar la boleta de senadores nacionales del oficialismo. Se decía que como el encuentro fue en Vicente López, el distrito que él gobierna, había que tomar el dato como una señal de que la Gobernadora, el Presidente y Durán Barba lo quieren de candidato principal, lo que supone la mudanza a Capital Federal de Elisa Carrió. Relativo, teniendo en cuenta el carácter impredecible de Lilita.
Otras fuentes oficiales son más proclives a citar al neurocirujano cercano al radicalismo, Facundo Manes, o a la dirigente amarilla Gladys González como postulantes que encajan más en aquello de lo novedoso.
Es más, en la Gobernación no descartan un “golpe de efecto” a favor de alguno de los intendentes “jóvenes y nuevos” para reforzar el concepto. Mencionan, por ejemplo, al jefe comunal de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, o al de Pinamar, Martín Yeza. Aunque no conviene descartar nada, no parecería probable que ellos dejen las gestiones que recién inician en sus respectivos pagos chicos. No es el caso del Macri alcalde, quien va por su segundo período al frente de la comuna.
Más allá de que Cambiemos seguirá trabajando para dividir al justicialismo en un par de espacios electorales, las miradas de campaña macrista y la del cristinismo suponen casi una polarización: viejo contra nuevo, bolsillo lleno contra bolsillo vacío. La obvia víctima de esto es el Frente Renovador de Sergio Massa quien, de no mediar sorpresas, convertirá en una sociedad electoral de perfil progresista el acuerdo político que tiene con la líder del GEN, Margarita Stolbizer.
Seguramente para evitar la encerrona, y según varias fuentes del espacio porque el discurso de la “ancha avenida del medio” ya cumplió su vida útil, es que en el massismo se ha empezado a escuchar otro latiguillo de campaña. Es el que dice que “el PJ es el pasado, el macrismo es el presente y el Frente Renovador es el futuro”. Germina ahí un concepto con destino de afiche.

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