None
PANORAMA POLÍTICO DE LA SEMANA

Las obras, una de las claves de la campaña

En el Gobierno bonaerense no quieren perder tiempo. Juzgan a enero, aun a pesar de su lejanía con las definiciones electorales, un mes clave para llegar con chances reales de triunfo a la elección legislativa que tendrá su primer parada técnica en las Primarias de agosto.
Esa trascendencia que se otorga al arranque del año tiene que ver con la máxima que empezó a acuñarse desde hace algún tiempo en el corazón del oficialismo. “El candidato es la gestión”, repiten a coro dirigentes, legisladores y funcionarios del gobierno de María Eugenia Vidal.
Están convencidos de que los bonaerenses cuando llegue el momento de toparse con las urnas, ponderarán las acciones positivas visibles que pueda mostrar como logros la administración provincial. Y que importará más aquella impresión que los candidatos que Cambiemos anote al tope de las boletas.
Esa estrategia oficial se puso en marcha en las últimas horas. Sonaron los teléfonos de los intendentes propios para asistir a una reunión en Lanús donde se bajó línea concreta en ese sentido. La sugerencia con buena dosis de imposición fue: nadie se va de vacaciones hasta tanto tenga aprobado el presupuesto municipal y haya iniciado los trámites para la licitación de obras que se financiarán con recursos provinciales.
Vidal no fue a esa reunión. Envió a su ministro de Gobierno, Joaquín De la Torre, quien fue el encargado de la arenga. El ex alcalde de San Miguel se ocupará justamente de la relación con los jefes comunales y de que, además, no se trabe ningún expediente para que las obras puedan arrancar.
La premisa de visibilizar la gestión de Cambiemos pasará, más allá del marketing comunicacional del Gobierno, por exhibir la gestión en la calle. “Para agosto todas las obras tienen que estar en plena ejecución”, fue el mensaje que escucharon los intendentes del oficialismo, conminados por las urgencias oficiales a cambiar sol y playa por trámites y gestiones burocráticas.

Sucesión de aumentos
Ese apresuramiento habla de un oficialismo urgido por dar buenas noticias que mitiguen, acaso en parte, las malas que están por venir. Por caso, está a la firma de Vidal un decreto con un fuerte aumento del valor de los peajes de las rutas que conducen a la Costa Atlántica. La cuestión se maneja con fuerte hermetismo pero se habla de un ajuste cercano al 70%.
Hacia fines de este mes se conocerá, además, cómo será el nuevo ajuste sobre la tarifa de luz que, en promedio, no bajaría del 40%. Y en febrero comenzarán a llegar las boletas del Impuesto Inmobiliario con un 36% de incremento aprobado por la Legislatura.
Vidal cuenta con el férreo respaldo del Gobierno nacional. La asistencia financiera por casi 25 mil millones de pesos que se conoció en las últimas horas es la muestra central de que, más allá del feeling, la suerte electoral de la Provincia es clave para la administración de Mauricio Macri. Pone en blanco sobre negro, además, las enormes dificultades financieras de un Estado que es fuertemente discriminado en el reparto de los recursos federales.
Ese anuncio tuvo ribetes curiosos. Se vendió primero como un aporte extraordinario para ser transformado en inversiones en infraestructura básica que atendiera el déficit crónico que padece el territorio  bonaerense durante este año electoral.
Pero luego, trascendió que, en realidad, parte de esos 25 mil millones se terminaron utilizando para atender el pago de sueldos y aguinaldo y para ir en auxilio de varios municipios en apuros. Y que sólo una pequeña parte ingresó a las arcas bonaerenses en los primeros días del año.
Hubo una cuestión de oportunidad para realizar el anuncio. El último desembolso estaba previsto para el 15 de diciembre, pero se dilató porque en sintonía se estaba discutiendo en el Congreso la reforma al Impuesto a las Ganancias y por esas horas la Nación se esforzaba en una negociación con los gobernadores por los recursos que deberían dejar de percibir las provincias. Esa ayuda a Buenos Aires pondría en riesgo ese debate. Por eso se terminó postergando aunque varios mandatarios pusieron un previsible grito en el cielo cuando se conoció la noticia.

Nombres de candidatos
En paralelo marchan diversas movidas oficiales tendientes a ir delineando nombres de posibles postulantes. En Cambiemos suena cada vez con mayor insistencia el nombre del neurocientífico Facundo Manes.
En las últimas horas Vidal y Carrió, con el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta como tercera pata de la negociación, hablaron del escenario electoral. En la Provincia sueñan con que Lilita compita en Capital Federal contra Martín Lousteau. La misión no parecería fácil: el diputado Fernando Sánchez, uno de los dirigentes más cercanos a Carrió, es a su vez principal ladero del todavía embajador en los Estados Unidos.
El entuerto se resolverá en marzo mientras en algunos sectores del oficialismo empiezan a mencionar para jugar en la Provincia a un ministro de Macri: el titular de la cartera de Trabajo, Jorge Triaca.

Señales opositoras
La oposición también empieza a dar mensajes con clave electoral. Con sus diferencias a cuestas, el peronismo empieza a dar señales de ir hacia un esquema de unidad aun cuando termine saldando sus diferencias en las Primarias.
Interrogantes centrales rodean ese proceso. El principal, si la ex presidenta Cristina Kirchner se anotará para competir por la Provincia. Tampoco brinda certezas Florencio Randazzo, buscado por intendentes para que lidere una suerte de proceso diferenciador del kirchnerismo con cierto aura renovador.
Quienes consolidan su acuerdo son Sergio Massa y Margarita Stolbizer. Se abrió entre ellos una suerte de grieta en torno del debate sobre la baja de edad de imputabilidad de los menores, al que salieron al cruce con un planteo conjunto para que el tema se discuta en febrero en sesiones extraordinarias del Congreso.
El tigrense no descuida la alternativa de su esposa Malena como candidata. De hecho, empezó a mostrarse en los últimos días en distintas movidas en distritos de la Costa.

COMENTARIOS