El dedo en la llaga

No es la primera vez que Alberto Rodríguez Saá sorprende con una postura curiosa en términos políticos. Ya se sabe que el gobernador de San Luis tiene un estilo particular. En esta oportunidad, llamó a Milagro Sala para acompañarla en los festejos de Navidad, en la cárcel donde está presa en Jujuy. Eso provocó el enojo del gobernador provincial Gerardo Morales, quien rastreó al senador Adolfo Rodríguez Saá para preguntarle por qué había adoptado su hermano esa actitud. La presión de la ONU y la CIDH para que se revea la detención de la líder de la organización Tupac Amaru está sembrando dudas en el oficialismo. No es un detalle que la Argentina sea señalada en los foros internacionales por la existencia de “presos políticos”. Y “el Alberto” puso el dedo en la llaga.

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