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ANÁLISIS ECONÓMICO

Cede la inflación pero se requieren cambios

Los datos de julio confirman que la inflación comenzó a ceder. Los precios estarían desacelerando el ritmo mensual por debajo del 2%
¿Alcanza esto para abrir una expectativa de optimismo? ¿Dejará de caer el consumo para empezar alguna recuperación económica?
Existen argumentos a favor y en contra de ese pronóstico. En cualquier caso, harían falta otros elementos. Hoy la política parece teñir más que nunca el futuro económico.
La batalla judicial y parlamentaria por las tarifas tiene condimentos que no se reducen a los errores técnicos o jurídicos del oficialismo.
No hay dudas del impacto social del tarifazo, pero es también indudable el oportunismo opositor para aprovechar las desventuras gubernamentales. Más interesados en propinar una derrota política, que en resolver un tema central para alcanzar un desarrollo sustentable. ¿Con qué voluntad se daría en el futuro otro debate clave por la reforma tributaria?

Herencia
Los partidos y candidatos que firmaron en la campaña presidencial pasada la inviabilidad del cuadro tarifario heredado de la administración K y el grave estado del sistema energético, hoy miran para otro lado.
El grupo de ex secretario de Energía aportó algo de racionalidad al recordar ese compromiso electoral. Pero el macrismo suma sus propias falencias.
No quiere politizar el ajuste tarifario pero muestra escasa habilidad para encauzar el descontento, incluso en su propia tropa.
Variables
Retomando las cuestiones económicas, el gobierno de Macri controla ciertas variables.
Otras le son ajenas y ponen en riesgo un escenario de recuperación económica.
Por lo menos tres son significativas: una suba de tasas de la Reserva Federal norteamericana, que sorprenda con un ritmo más acelerado que el esperado; el desenlace del Brexit con la salida de Inglaterra de la Unión Europea que sea más traumática; y finalmente una prolongación de la crisis política en Brasil que demore aún más una recuperación de ese país.
El gobierno nacional apuesta sus fichas al resultado del blanqueo y la reactivación de la obra pública. Son otros dos factores que tendrían que ayudar a la recuperación.
El campo ya está en plena expansión y avanza hacia una cosecha récord.
Existen bastantes argumentos para imaginar un pronóstico favorable hacia el 2017. Otra cuestión diferente es transformar un rebote en crecimiento sustentable.
Un trabajo de Fundación Mediterránea muestra algunas falencias estructurales.
La dimensión del aparato estatal que globalmente (sumando Nación, provincias y los municipios) que alcanzó el año pasado un gasto público de 44% del PBI. Es una cifra récord, que además se conjuga con otra herencia que lo hace inviable: por cada 100 habitantes, la Argentina registra solo 16 empleos privados formales.
Este número refleja la parte más productiva de la economía y la base de sustentación de la recaudación de impuestos.

Gasto público
¿Cómo sostener un gasto público que es casi la mitad de la economía con solo el 16% de la población en blanco?
En regiones como el norte del país (NEA y NOA) el porcentual baja a 9 y 10 trabajos formales cada 100.
Chile, para comparar, registra 36 empleos formales cada 100 habitantes.
Más del doble de la Argentina y con un gasto público inferior en porcentajes. A este aspecto estructural se suma que desde fines del 2015 se han perdido unos 100 mil puestos privados.
Una recuperación económica es indispensable y, de igual manera, generar reformas que permitan blanquear el enorme trabajo en negro, bajar la presión tributaria y ampliar el empleo productivo privado.
Y son cambios que dependen de la política y los consensos que puedan lograr los principales partidos, que no persigan beneficios puramente electorales.

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