Desde 1983 a la fecha, en el Conurbano bonaerense se realizaron 200 elecciones municipales. Avalados por la normativa electoral de la provincia que habilita la reelección indefinida de sus ejecutivos, los intendentes cuentan con la posibilidad de competir y ser reelectos cuantas veces quieran. Si compiten, ganan. De los 131 casos en los que el intendente electo buscó mantenerse en el poder, logró renovar su mandato el 79% de las veces (104 elecciones).
Así, el intendente oficialista tendió a ser el gran ganador del período en el Conurbano. En 9 de los 24 municipios se observan menos de tres recambios en sus ejecutivos; cambio que, en la mayoría de los casos, aparece cuando el oficialista decide no competir.
El peronismo aglomera a los principales ganadores. Más allá de la etiqueta partidaria (Frente para la Victoria o PJ), su predominio es claro: ganó el 75% de las elecciones del Conurbano bonaerense. Esta tendencia fue acentuándose en el tiempo, aun con la aparición de nuevos partidos vecinalistas y de orden nacional.
Pero un partido puede predominar en el marco de elecciones que se definen por diferencias mínimas. En el Conurbano, la brecha entre el primer y segundo candidato a intendente más votado aumenta en cada ciclo electoral. Los menores niveles de competitividad parecen indicar que a medida que suceden las elecciones, quienes fueron derrotados contaron con menores oportunidades de ganar. Esto podría asociarse con un factor personalista. En ese escenario, el intendente oficialista y el peronismo casi siempre se logran imponer.
Ser oficialista puede entonces tener un impacto en la permanencia en el cargo de los ejecutivos locales por diversos mandatos. Estudios previos realizados por CIPPEC muestran que también en las provincias argentinas la cancha está inclinada: los oficialismos ganan elecciones con más frecuencia que la oposición, con un componente personal. Lo mismo sucede en el conurbano ¿Existen factores estructurales que inciden sobre los resultados electorales? ¿Se trata de ventajas oficialistas? ¿Son entonces las condiciones de la competencia equitativas para todos los candidatos?
Hoy se discute en la legislatura de la provincia de Buenos Aires los límites a la reelección indefinida de los intendentes. La falta de alternancia tiene consecuencias sobre el sistema político. Si queremos que la competencia sea más equitativa, la discusión por las reglas del juego no puede omitir la existencia de estas asimetrías.
(*) Analista y Coordinadora de CIPPEC.

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