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ENFOQUE

Se empieza a cerrar litigio con fondos buitre, un paso clave para el Gobierno

Ninguna decisión económica repercute mágicamente en la situación de un país, pero el inminente cierre de la batalla judicial con los fondos buitre constituye para el gobierno el paso clave para reingresar al mundo financiero y, en consecuencia, reanimar el vapuleado aparato productivo.
El propio Mauricio Macri y todo el equipo del ministro Alfonso Prat Gay vienen repitiendo permanentemente que la negociación, acuerdo e inminente pago a holdouts representan la llave de acceso al financiamiento y la llegada de inversiones.
La decisión de la Corte de Apelaciones de Nueva York de ratificar el fallo del juez Thomas Griesa que dio vía libre al pago a los fondos buitre fue celebrada con entusiasmo en el gobierno y allanó el camino para que en una semana se emitan casi 15 millones de dólares para saldar la deuda.
Sin embargo, y más allá del optimismo que despertó en el Gobierno, los supuestos beneficios de la salida del default no se reflejarán en las cuentas públicas y la economía real, sino en el mediano o largo plazo.
En rigor, los inversores no pierden de vista que la Argentina es un país que estuvo litigando durante 15 años, que tienen antecedentes de incumplimientos y por eso la mayoría de los  economistas no espera una lluvia de inversiones en el corto plazo.
No obstante, la luz verde que dio la justicia de los Estados Unidos ayuda a ir eliminando barreras al acceso al crédito de los mercados externos pero el financiamiento de obras de  infraestructura nacionales y provinciales importantes para el desarrollo del país, seguramente seguirá enfrentando obstáculos.
La inversión extranjera es un motor fundamental del crecimiento de la economía real, máxime si se considera la sequía de dólares que sigue aquejando al país.
Pese al fuerte aumento de la liquidación de dólares del sector agropecuario, las necesidades que tiene el Ejecutivo para afrontar el pago de importaciones, giro de dividendos y compras de ahorristas hacen indispensable un aumento en el ingreso de divisas al país.
No obstante, la llegada de esos créditos debe realizarse a tasas razonables, ya que hasta ahora el país debió pagar intereses elevadísimos por la situación de default en la que se encontraba.
Además, las tasas muy altas siempre terminan siendo un dolor de cabeza por el impacto que tienen en las finanzas públicas nacionales y provinciales.
En las últimas horas, en el marco de una serie de encuentros con empresarios e inversionistas en Nueva York, Prat Gay dijo que el interés que hay en el exterior por la Argentina es muy grande y que "no pueden creer" el cambio que experimentó el país.
Para las grandes inversiones oficiales que prometió el gobierno en materia de obras públicas, queda la posibilidad de recurrir a los organismos internacionales de crédito (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo CAF).
Para el corto plazo, estos organismos -con quienes el Gobierno de Macri está reanudando la negociación-- ofrecen tasas menos comprometedoras que las que de los bancos privados cercanas al 8 por ciento.
Con todo, a nadie escapa que no será en el corto plazo que se verán los resultados de haber cerrado un capítulo que se extendió más de lo debido.

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