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ENFOQUE

¿No reaccionamos ante las muertes en las rutas?

“Lo agarró un bache”, ironizaba Aníbal Fernández en su cuenta de twitter respecto de la aprehensión de uno de los tres prófugos luego de que volcara la camioneta en que se transportaban. Durante trece días, helicópteros, francotiradores y más de 600 efectivos se encontraban abocados para dar con el paradero de Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci. Y finalmente, lograron ser capturados luego de haber sufrido un accidente automovilístico. Otro más en las rutas argentinas.
En este caso pasará a ser simplemente un detalle. Pero lo cierto es que los sujetos que tenían en vilo a todo un país, pudieron sortear muchos de los peligros que encontraron en su camino, excepto las rutas de nuestro país.
Tómese este caso como disparador para un tema que merece la urgente atención por parte de nuestros gobernantes y que jamás ha recibido el tratamiento que se merece.

Indicadores
El 2015 finalizó con la noticia de la muerte de 42 gendarmes en Salta y el 2016 comenzó con la noticia de varios accidentes de tránsito, muchos de ellos con víctimas fatales. En la Ruta Nacional 34, denominada “la ruta de la muerte”, se sumaron 18 víctimas fatales en 4 días. Obviamente, no existieron y difícilmente existan casos de inseguridad que generen este número de víctimas fatales al mismo tiempo.
La mejor manera de poder graficar esto es mediante datos. Precisamente nos enfrentamos a otro de los problemas de este país: resulta muy difícil contar con datos o estadísticas oficiales. Sin embargo, podemos ver a través de lo ocurrido en la provincia de Buenos Aires durante el año 2013, un ejemplo de lo dicho hasta aquí.
Se registraron 1.432 homicidios dolosos y 2.334 muertes en accidentes de tránsito . Por lo tanto, las probabilidades de sufrir un accidente de tránsito que termine con la vida de una persona son más altas que las de sufrir un hecho delictivo que ocasione la muerte.
Si profundizamos aún más el análisis de estos datos, debemos decir que, en promedio, casi dos tercios de los homicidios se deben a problemas interpersonales o intrafamiliares y tan sólo el 6,4% resultan homicidios en ocasión de robo y un 3,1%, durante robos de autos. Estos datos surgen del Programa de Seguimiento de Homicidios del Centro de Operaciones Policiales, dependiente del ministerio de Seguridad provincial . Según este informe, los 987 crímenes entre personas que se conocían previamente, representan el 65,8% del total de homicidios: el 36,1% ocurrió en riñas; el 16,8% fueron ajustes de cuentas; el 6,2%, hechos de violencia familiar, y el 6,7%, casos de pareja.
Por lo tanto, los casos de inseguridad frente a los cuales los gobiernos destinan el presupuesto correspondiente, se reducen a un 9,5% de 1.400, es decir: 133 homicidios por año son producto de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires. Este número frente a las 2.334 muertes en accidentes de tránsito, aumenta considerablemente las probabilidades de morir producto de un accidente que de un hecho de inseguridad.
Frente a esto, la respuesta del gobierno provincial se tradujo en un presupuesto para el año 2014 donde se destinaron 18.431 millones para policía y servicio penitenciario y 1.298 millones para inversión en obras viales. Es decir, catorce veces más para paliar un problema que ocasiona diecisiete veces menos muertes que los accidentes de tránsito.
En definitiva, la información, la transparencia y el compromiso cierto por mejorar la calidad de vida de los argentinos serán la única herramienta para enfrentar el verdadero flagelo que ocasiona la mayor cantidad de muertes en nuestro país: la inseguridad vial.
Es un compromiso que aún no se advierte desde el sector político. Luchemos por la Vida envió una carta documento a cada uno de los pre-candidatos a Presidente en las elecciones de 2015, para conocer qué acciones, a corto y mediano plazo, tenía proyectadas cada uno de ellos sobre seguridad vial. Solamente contestaron Lucas Llach, precandidato a vicepresidente por la UCR; Alejandro Bodart del MST -Izquierda Unida- y Margarita Stolbizer (Progresistas).
Según los datos de Luchemos por la Vida , durante el 2014 fallecieron en nuestro país 7.613 personas en accidentes de tránsito: 21 personas por día. Casi el mismo número de personas que fallecieron en los años 1990, 2000, 2008 y 2012. Esto quiere decir que nuestro país redujo un 0% las muertes en los últimos 24 años. A diferencia de Suecia, que lo hizo en un 63%, Holanda en un 59%, Estados Unidos en un 27% y España en un 81%.

En perspectiva
En el año 2014, la jueza de la Corte Suprema de la Nación Elena Highton de Nolasco puso en perspectiva el concepto de inseguridad en una entrevista periodística: “Hay más muertes por accidentes de tránsito, hay muchas más muertes y heridos, que por otro tipo de inseguridad delictiva”. La situación no es exclusiva de la Argentina, sino que sucede en la mayoría de los países.
El último año con estadísticas oficiales completas de homicidios dolosos (con intención) a nivel nacional es 2008, cuando se registraron 2.305 personas muertas. En lo que respecta a los siniestros viales, las víctimas fatales en el lugar del hecho fueron 4.654, es decir, más del doble. Al contabilizar también a quienes fallecieron luego del choque, pero por consecuencia de éste, el número es aún mayor: 5.759. Los datos provienen de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), cuya creación impulsó el Gobierno nacional en 2008.
En la mayor parte de los países del mundo los muertos en hechos de tránsito son más que los homicidios, salvo en aquellos países con altos niveles de violencia, como Honduras y Guatemala, por ejemplo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los accidentes de tránsito son la octava causa de muertes en el mundo, y la primera en el segmento de 15 a 29 años.<


(*) Abogado y docente

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