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ENFOQUE

Más de lo mismo (o el peronismo que viene)

A lo largo de su historia, el peronismo en sus más variadas versiones, estatista o privatista, intervencionista o liberal, menemista o kirchnerista, se caracterizó por su verticalismo interno a la hora de disciplinar a sus integrantes detrás de un jefe. Así las cosas las mismas personas que avalaron la autoamnistía en 1983 decían ser defensores acérrimos de los derechos humanos 30 años después o quienes propiciaron e impulsaron las privatizaciones neoliberales en los 90 pretendían erigirse como paladines del intervencionismo estatal una década y media más tarde.
Sin embargo esto estuvo en cuestionamiento cada vez que esta fuerza política pasaba a la oposición, momento en el que se generaban diversos reagrupamientos al fragor de la lucha por la conquista del poder interno, hasta que tras la consolidación de un nuevo liderazgo se reasumía el verticalismo interno.
Así ocurrió en cada provincia argentina en que el peronismo fue desplazado del gobierno como las dos veces que fue derrotado en las urnas con anterioridad, y tras un período inicial de confusión y competencia interna por quién ocupaba el máximo sitial, la discusión interna se saldaba con el reemplazo del líder por uno nuevo. El peronismo no acepta líderes derrotados.
Hoy, si bien Cristina Fernández no participó del proceso eleccionario, muchos de quienes venían bancando este proyecto nacional y popular buscan nuevos propuestas que acompañar pese a que juraban que en los malos momentos los pibes siempre iban a estar. Hoy muchos dirigentes intermedios del peronismo se plantean un escenario complejo y disputado para conseguir apoyos para una propuesta política, por ello es claro que esta oportunidad no será la excepción del reagrupamiento del peronismo, y el mejor ejemplo de ello es la participación en la única actividad que tuvieron los representantes peronistas tras la llegada del nuevo gobierno, la Asamblea Legislativa.
El pasado 10 de diciembre, y con motivo de la asunción de Mauricio Macri como Presidente de la República, se desarrolló la sesión conjunta de ambas cámaras legislativas y, en ella de los 307 legisladores en condiciones de participar de la misma (diversos Diputados renunciaron el 9 y 10 de diciembre de 2015 y no se incorporaron los suplentes) participó tan sólo el 58,96%, es decir, se ausentaron 123 representantes.
Cierto es que no es la primera vez que hay ausencias en la Asamblea Legislativa, pero si es el primer caso en el que la principal líder (¿o pretenderá autoproclamarse “lideresa”?) instruye a los legisladores de su sector a que no tomen parte de tan simbólico momento.
Sin embargo quedó claro que el verticalismo peronista, al menos en dicho momento, estuvo haciendo la vertical, puesto que hubo legisladores que desafiaron la orden impartida internamente, y pusieron de manifiesto que comienzan a surgir movimientos internos en el peronismo que proponen caminos alternativos de construcción política, diferenciados de manera concreta con el modelo de liderazgo político que guió a este sector en la última década.
La reunión entre Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Diego Bossio también va en este sentido de pretender construir un peronismo post Cristina Fernández, pero posicionado claramente en la senda histórica del peronismo y no es la propuesta de un kirchnerismo deskirchnerizado al estilo del peronismo sin Perón. A rey (o reina) muerto, rey (o reina) puesto.
En este sentido, resulta de importancia entender el accionar de los diversos legisladores peronistas para intentar dilucidar su proceder futuro. Así pues, es de destacar en primer lugar que de los representantes del peronismo, tan sólo tomaron parte de la Asamblea Legislativa el 19,85% de ellos, y sólo Salta tuvo a todos sus Diputados y Senadores en sus bancas el 10 de diciembre y, en contraposición, en 10 de los 24 distritos del país (Chaco, Chubut, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Rio Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz), ninguno de los legisladores nacionales del peronismo asistieron a la asunción del Presidente de la Nación.
Situación similar a lo ocurrido con los representantes salteños se dio con los legisladores santiagueños, puesto que los 8 representantes del Frente Cívico por Santiago, construcción política aliada al peronismo, tomaron parte de la Asamblea Legislativa.
Ampliando el espectro, vemos que el poder de liderazgo de la ex presidente aún es de peso, puesto que sólo 26 representantes del oficialismo saliente tomaron parte de la sesión del pasado 10 de diciembre, pero que los líderes provinciales van ganando terreno, y esto se manifiesta en que mientras hubo Diputados de 7 provincias representadas (Chubut, Corrientes, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Salta y Santa Fe), hubo Senadores de 10 provincias en las bancas (Buenos Aires, Catamarca, Entre Ríos, La Pampa, La Rioja, Misiones, Salta, Santa Fe, Tierra del Fuego). El mero entrecruce de ambos listados pone en evidencia la disparidad de criterios, puesto que 3 de las 7 provincias de las cuales algún Diputado peronista participó de la Asamblea no lo hizo ningún Senador, mientras que en el sentido inverso, fueron 5 las provincias que tuvieron representantes peronistas de la Cámara Alta en la asunción del nuevo Presidente y ningún Diputado del mismo Partido.
A medida que discurre el gobierno Macri, queda de manifiesto que el presidente está dispuesto a utilizar todas las herramientas a su alcance para gobernar, y si bien convocó al diálogo es una de las herramientas pero no la única. Dado la franca minoría en que se encuentra la representación parlamentaria oficialista en ambas Cámaras legislativas, dependerá de la propia habilidad de los operadores de Cambiemos el poder tender lazos de entendimiento con al menos algunos de los representantes del peronismo, eso sin dudas constituiría la mayor ruptura con el pasado inmediato, puesto que frente a la contraposición permanente habría ámbitos de entendimiento para la construcción en conjunto.
La presencia de, al menos, 26 legisladores que desoyendo el imperativo de la líder tomaron parte de la Asamblea Legislativa presupone cierto cuestionamiento a la verticalidad histórica y cierta apertura al diálogo y el consenso que el país tanto requiere dada la complejidad de las situaciones que enfrenta, otros representantes de la oposición han elegido ese camino, resta saber si el peronismo rompe con su histórica oposición obstruccionista y colabora en la construcción de “La Nueva Argentina” que tanto proclamó durante la campaña electoral.


(*) Licenciado en Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires.

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