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ENFOQUES

La mayoría de edad del yuan, un viejo conocido de la Argentina

A pesar de la reciente desaceleración de su crecimiento económico, China ratificó en los últimos días su importancia global con la inclusión del yuan en la exclusiva canasta de reservas del Fondo Monetario Internacional (FMI), una novedad que no es tal para la Argentina.
El yuan, también conocido como renminbi, se sumó a fines del mes pasado al dólar, el euro, el yen y la libra esterlina en la canasta de monedas que funciona como un activo internacional de reservas del FMI.
La decisión -que se concretará en septiembre del año próximo- fue definida por la directora del Fondo, Christine Lagarde como un "hito importante en la integración de la economía china al sistema financiero mundial".
La decisión contó, por supuesto, con el apoyo del principal aportante al Fondo Monetario, los Estados Unidos.
El yuan, que ahora es reconocida oficialmente como una moneda de reserva, se suma al club que componen el dólar, el euro, el yen y la libra esterlina.
La novedad no parece tal para los argentinos: la moneda china formó parte del "swap" que fortaleció las reservas del Banco Central en el último tramo del gobierno de Cristina Kirchner y que ahora, la nueva administración de Mauricio Macri analiza ampliar.
El FMI, luego de años de reclamar reformas y una serie de criterios a la economía china le dio el visto bueno, el sello de calidad para que sus valores sean "libremente utilizables" y se mostró dispuesto.
Los analistas consideran que no habrá una inmediata demanda global del yuan, aunque se trata de un movimiento con posibles impactos a mediano plazo.
En todo el mundo, distintos bancos centrales tienen en su poder unos 80 mil millones de yuanes y estudios privados indican que ahora esas tenencias podrían cuadruplicarse en los próximos tres  años.
La creciente presencia de la economía china en el contexto global genera tensiones y hace que sus rivales -que en ocasiones son también socios- occidentales reclamen la aceleración de reformas de mercado en el gigante asiático.
Se trata de una tensión siempre inestable, que el gobierno chino va desarrollando con sus propios tiempos, también con un ojo puesto en los "mercados emergentes" en los que extiende su  influencia.
En medio de esos juegos y tensiones será importante para la Argentina la concepción con la que encare su posicionamiento político y económico internacional.
El presidente Mauricio Macri realizó varios gestos de realineamiento de su política exterior, con mayores niveles de contacto con Estados Unidos y Europa que lo que se veía en la última etapa de la gestión de su antecesora.
De todos modos, la canciller Susana Malcorra habló de "desideologización" y de pragmatismo y el designado embajador en China, Diego Guelar, informó que están avanzadas las conversaciones con las autoridades del país asiático para ampliar por valor de 2.000 millones de dólares el "swap" de monedas.
En los próximos meses comenzará a verse a través de más decisiones concretas cómo nuestro país juega ese juego -que no siempre está exento de conflictos- en medio de gigantes.

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