El retorno de los grandes ídolos y los triunfos deportivos sacuden la pasión de los hinchas hasta límites insospechados, pero también aportan buenas noticias para las tesorerías de los clubes e incentiva la apuesta empresaria de asociarse al shock que promueven los éxitos y las figuras rutilantes.
La espiral ascendente recorrida por River, que en 1.500 días saltó de la B Nacional a la Copa Libertadores y la revolución provocada con el retorno de Carlos Tévez a Boca, resultan dos casos testigo de este fenómeno por la repercusión que han tenido en el seno de los dos clubes. La vuelta olímpica millonaria y las apariciones del Apache que hicieron explotar la Bombonera ya promueven buenos dividendos.
La situación de River
Rodolfo D’Onofrio, en medio de la fiesta millonaria, reconocía que en poco tiempo habían mejorado todos los índices, a punto tal que de los 12 millones mensuales que el club perdía en diciembre de 2013 han controlado el déficit operativo y actualmente son más los ingresos que los egresos con un superávit significativo.
Con los éxitos, más un manejo dirigencial coherente, se revalorizó la camiseta, generándose mejores ingresos que repercutieron en una evidente tranquilidad institucional.
El fútbol llevado a la economía permitió también establecer que todo el furor que provocó el retorno de Tévez se traslade al plano comercial ya que, por ejemplo, la venta de camisetas azul y oro entre el 15 y el 20 de julio último creció un 300 % y un 55 % correspondió a la casaca que lleva el número 10 y el “Carlitos” en la espalda.
Frente a este fenómeno se tiene pensado que el Apache utilice diferentes números en el torneo local y otras copas para vender más.
Como si fuera poco, mientras en las vidrieras las prendas se venden como pan caliente, en Boca están esperando sentarse con las autoridades del Banco que publicita la camiseta azul y oro para renegociar su contrato.
En la Ribera saben que la presencia del Apache es un gancho publicitario adicional y por eso quieren apurar las negociaciones que aspiran a cerrar la semana que viene. Algo similar ocurrirá con otro de los sponsors, una firma automotriz que tiene estampado su logo en las mangas.
Un informe publicado la semana anterior por el suplemento Negocios de un diario capitalino aportó datos sobre el impacto que han tenido en su momento los reingresos de Javier Saviola y Lucho González en el campeón de América, como los que se produjeron en Racing con la vuelta de Diego Milito, en San Lorenzo con el “Pipi” Romagnoli y en Rosario Central tras haber recuperado los goles de Marco Rubén.
En River, además de las Copas, también hubo retornos de varios notables que sumaron condimentos a la buena performance deportiva del equipo de Marcelo Gallardo. Por lo pronto, la venta de camisetas fue récord en 2014 y vuelve a marcar números inéditos en lo que va de 2015.
A pesar del fallido intento de Pablito Aimar, que no pudo con los problemas físicos, la apuesta riverplatense apuntó a figuras que ya habían dejado su marca en el club como Fernando Cavenaghi, el “Conejito” Saviola y “Lucho” González.
“Contar con estos ídolos ha resultado muy importante para la marca River porque son el reflejo de un estilo de juego que quedó inmortalizado en la sangre riverplatense de las primeras páginas doradas”, explican los responsables del marketing del club de Núñez, mientras recuerdan que hace pocos días se inauguró el primer local “River Plate Store” -donde ya se venden las remeras del campeón de América- en Lavalle y Florida, y están previstas varias aperturas para los próximos meses.
Volviendo al fenómeno Tévez, no caben dudas que ha significado una vuelta de página en Boca después del terrible episodio del gas pimienta en el Superclásico por la Copa Libertadores y un respaldo importante a las intenciones políticas de Daniel Angelici, que en pocos meses más deberá enfrentarse al veredicto de las urnas.
Los proyectos detrás del Apache
Pero para sacarle más jugo y aprovechar el momento hay en marcha varios proyectos detrás del Apache que van desde regalías por la venta de camisetas a entrenamientos abiertos para que los hinchas puedan ir a la Bombonera y paguen para poder presenciarlos.
Racing también ha formado parte de esta tendencia con la repatriación de Diego Milito. El título y los goles del niño mimado de la Academia posibilitaron que se duplicara la venta de camisetas y se triplicara la facturación en los últimos tiempos.
Este año en el Cilindro de Avellaneda se batieron récords con la venta de abonos: se llegó a 10.000 abonados superando claramente los 5.500 de un año antes.
Mientras la pelota entra en el arco rival, y los ídolos pegan la vuelta, las camisetas vuelan de las estanterías, los abonos se esfuman y los sponsors hacen cola para renegociar sus contratos. Un fenómeno para destacar en medio de episodios que despiertan pasiones sin límites y engordan las billeteras de los clubes.
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