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ENFOQUE

Scioli tiende puentes

Pese a su contundente victoria en las PASO del último domingo, Daniel Scioli empezó a transitar los 75 días que restan hasta las elecciones generales de octubre con suma cautela, sin expresar ningún tipo de ansiedad por salir a la caza de los votos que le harán falta para ganar la Presidencia de la Nación en primera vuelta. “No hay que desesperarse”, dijo en privado.
Según trascendió, el candidato del Frente para la Victoria dedicó buena parte de la jornada postelectoral al análisis de los resultados en la provincia de Buenos Aires. Y junto a su equipo, evaluó que en el distrito más importante del país tiene margen para crecer. Por caso, estimó que el desempeño del FpV pudo haber sido mejor en ciudades como Mar del Plata.
A partir de ese reconocimiento, el Gobernador y los responsables de su campaña presidencial resolvieron movilizar más a la militancia en los distritos donde calculan que pueden obtener más votos el 25 de octubre. Además, decidieron aplacar la ríspida interna bonaerense y apuntalar la candidatura de Aníbal Fernández.
Por eso, ayer a media tarde el Gobernador recibió a Julián Domínguez y Fernando Espinoza en su oficina del piso 19 del Banco Provincia, en la Capital Federal, donde se acordó un acompañamiento sin fisuras al jefe de Gabinete, pese que durante la campaña previa a las PASO las acusaciones entre ambas fórmulas fueron realmente muy subidas de tono.
En esa reunión, Scioli invitó al presidente de la Cámara de Diputados y al intendente de La Matanza a sumarse a un acto que esta mañana tendrá lugar en Tres de Febrero, donde el Gobernador se mostrará junto a Aníbal Fernández y el intendente local, el histórico Hugo Curto, quien ganó en su distrito pero por poco margen ante el macrista Diego Valenzuela.
En rigor, Scioli se ve obligado a reforzar la campaña de los candidatos oficialistas para la Provincia –incluido Martín Sabbatella, que no figura entre sus preferidos- porque el recuento de los votos determinó que unas 130.000 personas que lo eligieron como su postulante a presidente, no apoyaron a Aníbal Fernández ni a Domínguez en territorio bonaerense.
No obstante, en el Frente para la Victoria destacaban que sumados, Fernández y Domínguez obtuvieron más del 40 por ciento de los votos, contra poco menos del 30% de la candidata de Cambiemos, María Eugenia Vidal. También ponderaban el amplio caudal electoral de algunos intendentes, como Juan Patricio Mussi (Berazategui) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora).
Fronteras afuera del bastión bonaerense, Scioli y su equipo analizan que deben hacer un esfuerzo mayor en distritos como Córdoba, donde el FpV quedó tercero. En esos casos, al oficialismo no le alcanza con movilizar a la militancia, sino que requiere de negociaciones políticas con los líderes locales. Por eso Scioli reitera su simpatía por Juan Schiaretti.
Tanto es así, que el Gobernador destacó un llamado telefónico que recibió por parte de su colega electo en Córdoba para felicitarlo por su victoria en las PASO. Un hueso más duro de roer que Schiaretti sería José Manuel de la Sota, quien suele resaltar su amistad con Scioli pero es un acérrimo opositor del kirchnerismo. La apertura hacia sectores peronistas críticos del kirchnerismo podría incluir también al puntano Adolfo Rodríguez Saá. Para ello, el Gobernador debe ser “cada vez más Scioli”, en su versión diferenciada de lo que simboliza Cristina Kirchner, que no estuvo en el cierre de campaña ni en el búnker del Luna Park, mientras que Zannini prácticamente no habla.
“¿Qué es eso del centro, de la izquierda o la derecha?  Yo voy a hacer lo correcto”, respondió Scioli. A su lado, Zannini mantuvo el silencio, pese a que su respuesta hubiera sido otra. Es una dupla particular, pero está claro que la voz cantante la lleva ahora el Gobernador.

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