None
OPINIÓN

Boca, River y la Ley

El Dr. Carlos Nino fue uno de los principales filósofos jurídicos de nuestro país y en los años 1990 en su fundamental libro “Un país al margen de la Ley” planteaba las dificultades de progresar como sociedad en la medida que nos apartáramos del cumplimiento de la ley.
Hoy debemos nuevamente recordar sus enseñanzas que nos dicen que en el rango de comportamientos anómicos -o comportamientos de la ilegalidad- podemos identificar un conjunto de acciones que van desde la violación a los derechos humanos por parte de la dictadura militar entre los años 1976/1983, pasando por la corrupción, la criminalidad, el narcotráfico, la inflación, el corporativismo, el proteccionismo industrial y empresarial fraudulento; en el variopinto menú de apartarnos a la ley que exhibimos.
La trasmisión del último Boca-River, en versión reality show, que se nos presentó, desde la violenta agresión a los jugadores visitantes hasta su retiro del campo de juego (casi dos horas después) es una versión impúdica de aquello que grandes sectores sociales perciben: la dificultad, impericia, complicidad o sencillamente la resistencia a cumplir con la ley y los reglamentos.
Las normas que en esos comportamientos anómicos o ilegales desconocemos son tanto morales como jurídicas, sociales, de costumbres o simples reglas de juego y el incumplimiento se expresa, también, en los bajos niveles de productividad o eficiencia que como sociedad presentamos en múltiples dimensiones.
Los conciliábulos inexplicables en el campo de juego, bocas tapadas para que no podamos confirmar lo que sucedía a la vista de todos: el contubernio televisado. Las operaciones que llegaban vía telefónica y centenares de personas entre los árbitros de fútbol, veedores deportivos, médicos, todos sumando a la confusión, para ver si en ella, se escapa una vez más de la ley.
El hecho se produce por un conjunto de inmoralidades que contiene un coctail explosivo para nuestra sociedad: la asociación de  barras bravas, políticos, fuerzas de seguridad y el dinero y el poder que se mueven en torno al fútbol.
La policía a cargo de la seguridad del espectáculo, luego del gas mostaza tumbero, las bengalas, el dron y los botellazos, intenta mostrarse diligente para la resolución de un problema que ha creado por complicidad o ineficacia.
En definitiva: ¿qué podemos esperar de la aplicación de la ley y de los reglamentos si, a la vista de todos, quienes deben velar por su aplicación se comportan de esta manera? ¿Podemos sospechar que sin las luces de la TV, sin el escrutinio de los organismos de control o la simple mirada social, la situación se resolvería aún de una manera peor?
En definitiva, hemos asistido a la confirmación televisiva de aquello que Carlos Nino señalaba hace 25 años, la Argentina, en muchos sentidos es “Un país al margen de la ley”.<


(*) Abogado. Rector de la Unnoba.

COMENTARIOS