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PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

El caso Nisman impacta en la carrera electoral

Ya se puede afirmar, sin temor a realizar un diagnóstico apresurado, que la misteriosa muerte de Alberto Nisman está provocando una alteración del escenario electoral del país, a poco de iniciarse el año que estará dominado por el recambio presidencial. El impacto puede resultar pasajero, según la percepción del Gobierno, o derivar en una bifurcación ostensible del curso esperable de la política argentina, de acuerdo al pensamiento que impera en la oposición.
Pero lo que nadie discute por estos días es que la modificación del escenario electoral es un hecho de la realidad. Por empezar, la imagen de la presidenta Cristina Kirchner se habría desbarrancado entre 10 y 15 puntos porcentuales respecto de las mediciones elaboradas a fines de 2014, mientras que el nivel de aprobación de la gestión nacional cayó al 39% desde un 46% registrado en diciembre pasado, de acuerdo a una encuesta de Carlos Fara & Asociados.
El mismo sondeo, realizado en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, también resulta clarificador sobre el nivel de desconfianza que despertó en la sociedad el oscuro deceso de Nisman: es que una gran mayoría de los consultados (67%) consideró que “no se va a condenar a los culpables” de la muerte del fiscal, mientras que un 72% calificó directamente el caso como un “homicidio o suicidio instigado”, relegando el suicidio a un 10% de los consultados.
Otro dato desborda de elocuencia: el 51% de los encuestados opinó que es “mayormente cierta” la denuncia de Nisman contra la Presidenta, el canciller Héctor Timerman y otros dirigentes por encubrir a los iraníes acusados de atentar contra la AMIA en 1994. Y sólo un 20% se alineó con la postura del Gobierno, que descalificó el escrito del fiscal por haber sido elaborado en base a informaciones de inteligencia supuestamente falsas y mal intencionadas.
La percepción colectiva, hay que decirlo, no se corresponde con el rumbo que parece haber adoptado la investigación judicial. De hecho, la fiscal Viviana Fein confirmó que sólo se encontró ADN del propio Nisman en la ropa que llevaba puesta y el arma de la cual salió el disparo, como así también en el cargador. Y de no haber dado negativo el “dermotest” que buscó residuos de pólvora en su mano derecha, el caso estaría prácticamente cerrado.
El relato del asistente informático de Nisman, Diego Lagomarsino, fue coincidente con esta hipótesis cuando sostuvo que el fiscal “se quebró” al justificar por qué le estaba pidiendo un arma -dijo que sus hijas tenían miedo de estar con él- el día previo a su muerte. Lagomarsino dejó otra frase de Nisman para los archivos: “Tengo más temor de tener razón que de estar equivocado”, le confió su jefe el sábado 17 de enero en el departamento de Puerto Madero.

Versiones
Por carriles extraoficiales, el Gobierno pasó de acusar a Lagomarsino de ser el portador de un “mensaje mafioso” para Nisman, al considerar sugestivo que le haya dejado un arma en medio de tantas presiones públicas y privadas; a difundir la especie de que, en realidad, el fiscal y su asistente habrían tenido un vínculo quizá inconfesable. Así se entendió que, en la primera cadena nacional de la semana, la Presidenta haya utilizado cinco veces la palabra “íntima” para calificar la relación que mantenían.
En un plano político, Cristina Kirchner trajo a la palestra un mensaje de Lagomarsino en la red social Twitter -que la insultaba por la fallida reforma judicial-, tal vez el único dato concreto que ofreció sobre el asunto en un discurso plagado de informaciones confusas y con la intención manifiesta de dar una vuelta de página al escándalo que no solamente conmueve a la Argentina sino que también la ubica en una consideración negativa ante los ojos del mundo.
La estrategia gubernamental quedó clara con una batería de medidas que buscan sacar el caso Nisman del centro de la escena: la disolución de la ex SIDE; el envío al Congreso del proyecto para crear una Agencia Federal de Inteligencia (AFI) –que reflota una iniciativa del ex ministro Gustavo Beliz en 2004- y la nominación del jurista Roberto Carlés para integrarse a la Corte Suprema de Justicia componen un paquete marcado por la idea de la “fuga hacia adelante”.
A esas propuestas, cuya discusión será ardua en el Congreso, debe añadirse el anuncio del aumento del haber de los jubilados y pensionados en un 18,26% a partir de marzo, lo que equivaldrá a un incremento del 38,6% en un año. La cifra fue considerada por algunos economistas como un reconocimiento del Gobierno sobre el nivel real de la inflación en 2014, mientras comienzan a circular estadísticas que señalan un amesetamiento de los precios.

Apuesta
A la recuperación de la economía apuesta el Gobierno, justamente, para que con el correr de los meses los argentinos se olviden del caso Nisman. Por eso insiste tanto en destacar como un éxito turístico a la temporada veraniega, a riesgo de caer en un argumento frívolo comparado con la resonante muerte del fiscal. En la oposición, en tanto, el razonamiento es inverso: la conmoción social debe ser acompañada por gestos que tengan en cuenta esa preocupación.
Uno de los más activos en ese sentido es Mauricio Macri. El alcalde porteño ofreció ya dos conferencias de prensa -en un momento que requería que los referentes opositores dieran la cara- y ayer dio otra señal de que se parará rotundamente en la vereda de enfrente del Gobierno, al anunciar que competirá en las PASO contra Elisa Carrió. Aunque la negociación llevó seis meses, el momento elegido para blanquearla está ligado a la muerte de Nisman.
Es que Carrió portará la bandera anticorrupción en la campaña hacia las internas de agosto, a la que también podría sumarse algún dirigente del radicalismo como su titular, Ernesto Sanz. El senador mendocino también es considerado por los asesores de Macri como un compañero de fórmula potable para el líder del PRO que -descuentan- derrotaría a Carrió en las PASO. Hay encuestas que ya muestran una distancia de 20 puntos de intención de voto entre ambos.
Más expectante se mantiene Sergio Massa, quien también adoptó una posición dura con el Gobierno pero en su entorno prima la idea de esperar a que “la situación decante”. Allí consideran que el movimiento de Macri al anunciar su alianza con Carrió fue apresurado y que puede terminar beneficiando al Frente Renovador, dado que muchos dirigentes de la UCR -sobre todo del interior del país- no ven con buenos ojos a la jefa de la Coalición Cívica.
Lejos de un escenario protagónico aparecen otros dirigentes que pugnan por la continuidad de UNEN, como el santafesino Hermes Binner y mendocino Julio Cobos, quienes conservan buen predicamento en sus provincias pero no logran proyectarlo a nivel nacional. De todos modos, queda claro que tanto los armados oficialistas como opositores no están definidos y que se irán completando con el correr de los meses, posiblemente con alguna sorpresa incluida.

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