La metalúrgica IMPSA, mayor proveedora argentina de soluciones para generación eléctrica a partir de recursos renovables, declaró ayer a su deuda en cesación de pagos, y se convirtió en la primera empresa argentina en ingresar en esta situación, luego de que el julio el país fuera declarado en default técnico.
A través de un comunicado a la Comisión Nacional de Valores, la firma afirmó que no podrá hacer frente a un pago de intereses previsto para el próximo 18 de septiembre por $42 millones y U$S 23 millones. En concreto, se trata de las obligaciones negociables clase X y XI, así como también el pago de las cuotas de capital e intereses de todas sus Obligaciones Negociables en circulación y de sus restantes obligaciones con acreedores financieros. La empresa informó a las autoridades que el atraso se produce "debido a su situación financiera y como consecuencia de los atrasos en las cobranzas a algunos clientes en contratos significativos".
Entre las dificultades más relevantes se encuentran una deuda que el Gobierno de Venezuela mantiene con IMPSA por la central de Tocoma.
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