Las Abuelas de Plaza de Mayo vivieron ayer una jornada que quedará en la historia de una institución que sabe de lucha, de búsqueda y de compromiso. Guido Carlotto se llama Ignacio Hurban, vive en Olavarría, tiene 36 años, es pianista y se encontrará en las próximas horas con su abuela, Estela de Carlotto, una de las mayores exponentes de la lucha por los derechos humanos. La mujer emblema de la búsqueda se mostró muy emocionada en una conmovedora conferencia de prensa, acompañada por su familia, refe-rentes de derechos humanos y funcionarios nacionales. "Yo no quería morirme sin abrazarlo y pronto lo voy a poder abrazar. La silla vacía va a estar con él, los portarretratos que lo están esperando van a tener su imagen. Es hermoso, es un artista, un chico bueno", relató Carlo-tto, quien aclaró que todavía no había hablado con Guido, como llamaron a su nieto cuando nació en cautiverio.
La noticia le fue confirmada a Carlotto por la jueza María Servini de Cubría en los tribunales de Comodoro Py 2002 y, acto seguido, la titular de Abuelas recibió el llamado de la presidenta, Cristina Kirchner: "Me llamó Cristina llorando. 'Decime si es cierto', me decía. Lloramos juntas", señaló en conferencia de prensa.
Ignacio se presentó voluntariamente para hacerse los análisis de sangre porque tenía dudas acerca de su identidad y su ADN fue cotejado con sus abuelos.
LA EMOCIÓN POR EL ENCUENTRO LLEGÓ A LAS REDES Y A TODOS LOS SECTORES POLÍTICOS
Apareció el nieto de Estela Carlotto: "No quería morirme sin abrazarlo"
Luego de 36 años de búsqueda, las Abuelas de Plaza de Mayo identificaron y restituyeron al nieto desaparecido de la titular de la organización, en un hecho histórico en la lucha por las víctimas de la última dictadura militar.
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