OPINIÓN

¿Llegó la etapa de la transición ordenada?

El diálogo se desarrolló con un funcionario del Gobierno, con más dosis de peronismo histórico que de kirchnerismo. La primera frase fue contundente: “Los mercados están equivocados”. “El primer día el dólar pasó los $ 10; la Bolsa cayó 6% y los bonos 4%”. Se refería a las primeras 24 horas posteriores a la designación, entre otros, de Jorge Capitanich y Axel Kicillof.
Poco después renunciaba Guillermo Moreno.
Un día después los mercados volvían a recuperar posiciones. ¿Por qué el funcionario señaló la equivocación de los operadores? Me contestó con otra pregunta: ¿Vos sabías que durante varios años Capitanich y Kicillof trabajaron juntos?
Si, y el jefe de Gabinete es el que daba las órdenes.

Medidas de un moderado

“Bueno no tengo ninguna duda que Capitanich va a incursionar, opinar y tener influencia en las nuevas medidas económicas”
“Además –prosiguió- es un moderado”. “Sabe que tiene que haber equilibrio entre el Estado y los privados”. El momento del “vamos por todo “se terminó en la primera elección. Ahora llegó el momento de “la transición ordenada”.
La pregunta, entonces, apuntó al pasado. Durante años ¿no pareció una guerra contra algunas empresas privadas? Los supermercados, las petroleras, los bancos, siempre aparecía un enemigo.
Me contestó: “Era una reacción lógica después de dos décadas como la de los 80/90 en las que mandaban los lobby de las empresas”. “El mercado asustaba”. “Vivíamos mirando el riesgo país”. “Nos corrían a los políticos todos los días y nos amenazaban, esto se puede, esto no se puede”. Entonces, le dije, apareció el 2001.
“Esa hecatombe provocó que la política ponga de rodillas a los empresarios desde 2003”.

Abusos

“Por supuesto después vienen los abusos desde el Estado donde se decide si podés importar o no; si exportás o no; se prohíbe repatriar ganancias y aparecen impuestos sorpresivos. Además se colocan directores del Gobierno en las empresas”. “El péndulo va hacia el otro extremo”. “Habrá que buscar el equilibrio”.
¿Cuál es el problema principal?
“Hoy, frenar la fuga de dólares del Banco Central, después hablamos de la inflación”. “Algo habrá que hacer con el turismo y las compras con tarjeta de crédito en el exterior”.
¿Qué pasa con los subsidios?
Respondió como Diana Conti: “Se van a sacar los subsidios a la gente que no lo necesita” “Lo intentaron hace dos años y se frenaron, le comenté, la luz y el gas seguirá con subsidios para los que tienen sueldos mínimos o cobran planes sociales”.
¿Y el resto?
“Sacarlos de golpe será difícil porque habrá reacciones y pedidos de amparo en la justicia”. “Sería un ajuste feroz y no está en la cabeza de nadie”. ¿Y cómo sería? Congelamos el subsidio. Desde el año que viene, si las paritarias en promedio suben un 25% por ejemplo, las tarifas y el boleto del colectivo y el tren subirán el mismo porcentaje. Pero no habrá retroactivos. No se recupera lo atrasado”
“Hacer otra cosa sería un suicidio político”.

Complejidades


Explicado, así, parecía sencillo. En la práctica, quizás será más complicado. En el tren todos viajan gratis porque no hay controles.
Si el día de mañana se decide poner molinetes y los inspectores cumplen con su trabajo. ¿No habrá reacciones? ¿Una vez que te acostumbrás a viajar gratis, vas a pagar?
Por último asumió Juan Carlos Fábregas en el Banco Central. Hace 15 días frente a sus viejos colaboradores del Banco Nación les dijo: “El dólar oficial está atrasado”.
El primer día en el Banco Central avanzó el oficial tres centavos y medio, la mayor suba en 5 años. Por lo menos, están los que saben.

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