Una cacería policial se instaló ayer en la capital de Francia luego de que un fotógrafo resultara gravemente herido tras el ataque de un hombre que entró a la sede del diario izquierdista Libération en París, disparara una escopeta un par de veces y se diera a la fuga. El viernes pasado un atacante había entrado a la sede de un canal de televisión parisino con una escopeta similar y poco después del ataque a Libération, una persona disparó tres veces en el barrio periférico de la Defensa, donde se concentra el distrito financiero.
No hubo heridos, pero minutos después un hombre que circulaba con su auto por la Defensa denunció que una persona armada lo obligó a llevarlo de vuelta a la ciudad, según informó el propio Libération en su página web, que luego fue jaqueada (ver recuadro).
Al caer la noche, el procurador de la República, Francois Molins, ofreció una conferencia de prensa, en la que informó que los investigadores están "privilegiando la hipótesis de un autor único" para todas las agresiones. Molins describió al sospechoso como un hombre "de tipo europeo, de 35 a 45 años, de 1,70 a 1,80 metros, con el pelo negro y algo canoso y una barba de dos o tres días", vestido con un pantalón vaquero claro y un abrigo de color caqui.
El tirador entró a las 10.15 hora local en el edificio de Libération y disparó con una escopeta de caño recortado cargada con cartuchos Brenneke de calibre 12, la misma munición utilizada en la cadena de televisión BFM TV el viernes .
Uno de los testigos relató al diario Le Figaro que el agresor "no disparaba contra nadie. Sólo hizo un nuevo disparo al aire y alcanzó un cristal" "Tras el primer disparo, la gente estaba atónita, tras el segundo, hubo un movimiento de pánico", precisó el testigo, identificado como Francisco Álvarez.
El director del diario, Fabrice Rousselot, señaló que el agresor no dijo nada que permitiera saber las razones del feroz ataque.
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