None
LA PROVINCIA | ANÁLISIS POLÍTICO DE LA SEMANA

Apuestas fuertes en el juego del poder

Las próximas semanas traerán el resultado de las primeras batallas en el nuevo escenario del poder en la Provincia, explayado en la Legislatura. Las cuentas del Estado bonaerense para el 2014 -su Presupuesto de gastos y recursos y la Ley Impositiva- serán el objeto formal de la confrontación.
Las relaciones de fuerza que se darán en este capítulo merecen una aclaración. Las definiciones llegarán, quizás, antes del cambio en las bancas que dictaminaron las urnas en octubre. Pero poco y nada se modificará con las salidas y los arribos de legisladores, porque el nuevo mapa político se fue dibujando desde fines de junio, cuando Sergio Massa anunció formalmente su candidatura a diputado nacional e inscribió para las elecciones bonaerenses al Frente Renovador, acompañado por un puñado de intendentes.
Los pases hacia esa fuerza que se fueron dando desde entonces, desde el peronismo y el radicalismo, constituyen la base del nuevo esquema político, en el que se destaca, como contracara del auge del massismo, una consolidación de la alianza tácita pero firme que, para temas centrales y más allá de los discursos, se viene dando entre la administración de Daniel Scioli y los representantes de la UCR y el Frente Amplio Progresista (Fap) en la Legislatura.
Lo cierto es que en este escenario, los proyectos de Presupuesto y de reforma impositiva de Scioli están encontrando dificultades para ser sancionados que no tuvieron que afrontar en años anteriores, aún con previsiones de endeudamiento y subas de impuestos más fuertes que las calculadas para 2014.

La movida del massismo

Cuando se explaya, el massismo objeta íntegramente el Presupuesto, desde un concepto abarcador: es un dibujo, dicen sus legisladores. Pero para oponerse taxativamente, eligieron el único punto y el único ámbito donde pueden hacer valer su peso: la autorización para endeudarse, por unos 15 mil millones de pesos, que pide Scioli en un punto de ese proyecto, y en el Senado, donde sin los votos del Frente Renovador (más tres unibloques que se sumaron a esa postura), el oficialismo no alcanzará los dos tercios de manos levantadas que requiere la aprobación de esa autorización.
Así, y aunque contará con el respaldo del resto de los bloques, el Gobernador podría quedarse sin Presupuesto 2014; una cuestión técnica clave en torno de la que todas las partes están haciendo apuestas políticas fuertes, convirtiéndola en la primera pulseada de envergadura en el nuevo escenario. Una especie de prueba piloto.
El massismo busca, con ese freno al Presupuesto, un eje sobre el que explayar con dureza cuestionamientos a diversos aspectos de la gestión y las políticas de Scioli. Y apunta, fundamentalmente, a conseguir una primera victoria en la nueva relación de fuerzas, que deje en claro su poder de fuego.
Cerca del Gobernador, sin embargo, evalúan que el beneficiado podría ser Scioli, que saldría de esta pulseada como víctima de una oposición capaz de poner en riesgo la gobernabilidad.

Lo que todos saben

En ambas veredas saben, con todo, que el gobierno provincial podría administrar el 2014 con el Presupuesto de este año prorrogado, sin mayores sobresaltos. A ese mecanismo ya recurrieron en los últimos años el Gobierno nacional (Cristina Kirchner) y el bonaerense (en la gestión de Felipe Solá). La existencia de superpoderes en la nueva legislación de ambas jurisdicciones, que permite utilizar los recursos en los gastos y las inversiones que el Gobierno decida más allá de las asignaciones fijadas en los Presupuestos, es uno de los factores que le ha restado a esa ley el valor fundamental que supo tener.
Cálculos basados en una inflación irreal y la no inclusión, en la Provincia, de la previsión de un aumento salarial que no implicaría menos de 10 mil millones de pesos, terminan de convertir a la ley de Presupuesto de estos tiempos en poco menos que prescindible. De hecho, en la Gobernación ya evalúan la prórroga del Presupuesto de este año y el massismo admite que ésa terminaría siendo la conclusión del episodio. Pero hasta entonces, medirán fuerzas.

Impuestos y la renovación de un acuerdo

Por lo demás, el massismo también anticipó que rechazará, en el proyecto de Ley Impositiva, la creación de una tasa de Seguridad que, cobrada a razón del 18% del Inmobiliario, implicaría un aumento de ese impuesto.
Pero con relación a ese punto, el oficialismo se está topando con el rechazo de prácticamente toda la oposición, de modo que no lograría su aprobación.
No es que haya habido precisamente un acuerdo de la oposición. El radicalismo y el Fap, que durante el proceso electoral convirtieron al massismo en su nuevo enemigo político, están dispuestos a votar la autorización de endeudamiento a Scioli pero anticipan que no darán apoyo a la suba del Inmobiliario. Sostienen en la intimidad que es por presión de las bases, es decir, por el furibundo rechazo que viene expresando a ese retoque fiscal el campo, donde esas fuerzas tienen mayor anclaje y donde vive buena parte de sus legisladores (los distritos del interior).
Lo cierto es que en esta nueva Legislatura el Gobernador tendrá que ceder, si quiere que se le apruebe la Ley Impositiva del 2014,  al planteo de radicales y frentistas, que le proponen un acuerdo para compensar lo que no recaudará por el aumento del Inmobiliario que no será.
Los observadores prevén, en definitiva, una etapa de profundización de los acuerdos entre el oficialismo y esas bancadas de la oposición, que podría neutralizar los posicionamientos más críticos del massismo. La designación de un radical en la Fiscalía de Estado -el actual fiscal interino, Hernán Gómez-, propuesta por el Gobernador y a la espera de aprobación en el Senado, apenas cuestionada en voz baja por un sector de la UCR que no tiene peso en la Legislatura, no parece una movida ajena al nuevo contexto.

COMENTARIOS