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OPINIÓN

Empresarios piensan en el poskirchnerismo y les preocupan los próximos dos años

El clima empresario en el Coloquio de IDEA reflejó una sensación de fin de ciclo político, preocupación por cómo se desenvolverá la economía en los próximos dos años y expectativa por comenzar a vislumbrar qué dirigentes pueden conducir la Argentina a partir de diciembre de 2015.
A pesar del marco de apertura política que se le quiso dar al Coloquio, volvió a notarse en las declaraciones y exposiciones el espíritu crítico que caracteriza a IDEA respecto del modelo vigente.    
Tal vez por ello, el único candidato que no concurrió a hablar en la parte final del encuentro fue Martín Insaurralde, mientras que sí asistieron Sergio Massa, Margarita Stolbizer y Francisco de Narváez.
“Ya se empieza a pensar en el poskirchnerismo, lo que más preocupa es si Cristina hará las correcciones necesarias antes de concluir su mandato o le dejará a su sucesor el peso de hacer los cambios que hacen falta”, resumió uno de los empresarios que tuvo casi asistencia perfecta a estos encuentros en los últimos 20 años.
En qué consiste el reclamo de correcciones: las hay de corto y de largo plazo.
En primer lugar consideran que Cristina Fernández deberá solucionar el problema de tarifas antes de llegar al final de su mandato.
Hay un convencimiento de que el gobierno deberá eliminar los subsidios a las tarifas en los próximos meses, porque se quedará sin las reservas necesarias para seguir afrontando importaciones millonarias.
Las estimaciones indican que el gobierno perderá más de 8.000 millones de dólares este año, 4.000 millones en el 2014 y quedará apenas por encima de los 20.000 millones en el 2015.    
El problema del gasto en subsidios para el combustible no es el único inconveniente.
Seis de cada diez empresarios consultados en el Coloquio de IDEA de Mar del Plata reclamaron la eliminación de impuestos distorsivos, pero también exigieron una política fiscal pro inversión y la clarificación de reglas de juego, según la encuesta realizada por la consultora D’Alessio IROL.  
Casi la mitad de los consultados pide financiamiento a más largo plazo y una recomposición de los costos laborales.   
Otro tema que pone nerviosos a los empresarios (4 de cada 10 lo mencionan) está vinculado con la caída de la rentabilidad.    
Casi el 90% de las empresas manifestaron dificultades también en la disponibilidad de recursos humanos, donde el rubro donde más se nota es en los mandos medios, seguido por la mano de obra y en menor medida en los sectores de dirección.
Dos de los desafíos que también están en el mismo plano de importancia que los anteriores son la posibilidad de obtención de créditos accesibles y el escenario tarifario, que ocupa un rol de preocupación para los consultados.
Con el tema de la informalidad laboral, el reclamo principal ha sido la obtención de mecanismos de contratación más flexibles.    
“Esto no debe entenderse como la precarización del trabajo, sino como la ayuda para que las empresas puedan incorporar mayor capital humano sin perder competitividad”, dijeron los empresarios en una encuesta.
También pidieron el retorno a la cultura del trabajo a través de pasantías, tutores y cambios en los contenidos en la escuela secundaria.
Son predominantes las apreciaciones en este sentido de los políticos y funcionarios.
El desafío ante los empleados por debajo de 30 años es lograr incluir sus factores de innovación, creatividad y conocimiento tecnológico en un entorno donde equilibran la vida personal con el trabajo, en condiciones donde se observa un bajo nivel de compromiso hacia la autoridad.
Preocupa la existencia en la economía argentina de sectores de muy alto nivel de evasión, con su correlato de competencia desleal y empleo informal.
Existe consenso sobre que no es sustentable a mediano plazo una situación de desigualdad social como la actual, en un contexto en el cual la articulación entre empresas, organizaciones sociales y Estado es muy baja.
Industriales y grandes empresas son aun más enfáticos en esta posición.
Las empresas presentes asignan a su sector algún grado de responsabilidad en el estado de pobreza estructural que afecta al país.


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