El papa Francisco se reunió ayer sábado con Franz Jalics, un misionero jesuita cuyo secuestro y tortura por la junta militar argentina en los años 1970 dio lugar a denuncias de una supuesta complicidad suya, que entonces dirigía la Compañía de Jesús en Argentina.
No hubo información oficial sobre el contenido de las conversaciones entre Francisco y Jalics, que nació en Hungría y ahora vive en un monasterio alemán. En previas declaraciones, el papa dijo haber experimentado “un período de gran crisis interna” durante la dictadura argentina y admitió haber cometido errores.
Sin embargo, según un libro recientemente publicado por un periodista italiano, el futuro papa protegió y ayudó a huir de su país a cientos de personas perseguidas por los militares.
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